Nunca se habló tanto y tan erróneamente sobre el acto sagrado de una iniciación como se habla actualmente.
Muchos se intitulan iluminados, usando como tribuna los medios de comunicación tales como: redes de televisión, radio, Internet, etc. dónde sus discursos, pláticas y escritos mas alinean que instruyen.
Algunos dicen que fueron iniciados por los representantes de la Gran Fraternidad Blanca, que saben en dónde tienen sus monasterios, conocen sus secretos y hasta que ya fueron transformados por el simple hecho de haber mirado o haber sido tocado por sus amuletos. (¡Como si estos maestros viviesen aquí o precisasen de amuletos!).
Estos ilustres visionarios conocen de todo se autoproclaman magos iluminados. Sin embargo, lo que presenciamos en la práctica no coincide con sus predicaciones. Las actitudes y la conducta de esos pseudoiniciados maestros están muy lejos de ser consideradas un bien para la humanidad.
Una iniciación, es una acto sagrado que no se compra con el oro, no se negocia en los gabinetes, no se toma por la fuerza bruta. Apenas se consigue por el derecho y por el conocimiento y sobre todo por el merecimiento, pues una iniciación, no se da desde fuera para adentro, es sin embargo una alquimia mental que transforma al ser en su interior integro y no solo en su cáscara.
Una iniciación, abre las puertas de la conciencia en dirección a la propia casa del padre, a la casa de la sabiduría divina.
Sábese, que en la orden iniciática, existen dos círculos: uno es externo, dónde están todos aquellos que gravitan en las márgenes del poder ajeno, y son como hierbas parasitarias, en el otro, se hallan los iluminados, ese es el interno, dónde trabajan los iniciados por entero. Es en el interno, donde están los verdaderos maestros masones, pues además de instruir a aquellos que insisten en la superficialidad, perpetúan la verdadera dirección y objetivo de nuestra sublime institución y prácticamente son verdaderas obras vivas, a sembrar el amor, la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hombres.
Queridos hermanos, detengámonos aquí y hagamos nuestra iniciación masónica.
No importa, cuanto tiempo haya pasado desde nuestra iniciación. Lo que importa en este momento es :
¿ Hacemos la purificación efectiva a través de los cuatro elementos?
¿ Nuestro espíritu también está puro?
¿ Nuestras manos y nuestra mente están con la altura que ya tanto prometemos?
¿ Somos verdaderos en todas nuestras acciones y palabras ?
¿¿¿ Lo mismo ??? ¿ Somos masones o estamos siendo masones?
Carlos Roberto Fieri