Creo que a cualquier profesional de la salud: médicos, enfermeros, psicólogos... se les puede pedir muchas cosas en el desarrollo de su profesión. Pero creo que la principal, la que debería primar por encima de todas es vocación.A estas profesiones se puede llegar por diversos caminos, unos más lógicos que otros. Leí hace poco que con el boom de las series televisivas de médicos y hospitales se había desencadenado una avalancha de solicitudes para las diversas facultades, de tal forma que, tanto Medicina como Enfermería eran las carreras más demandadas. Supongo que, los que se lanzaran a estas profesiones impelidos SÓLO por una serie de TV, se llevarían un chasco tremendo. No voy a entrar en detalles, pero ya he manifestado con anterioridad mi opinión de que las series televisivas no muestran la realidad de nuestros hospitales. Sólo son eso: ficción.En estas carreras hay que estudiar muchísimo, muchísimos años. En Medicina, tras la larga carrera, viene el MIR; unos 5 ó 6 años más de duro trabajo y estudio, tiempo durante el que no tienes opción a trabajo estable y pocos se plantean formar una familia o tener hijos hasta que finalizan. Después hay que buscar trabajo...En Enfermería pasa algo similar, pero para el desarrollo de nuestra labor aún no es necesario las especialidades -aunque sí muy recomendables, por lo menos cuando se regularice su existencia-.En ambas profesiones NUNCA dejas de estudiar y formarte. Y es muy recomendable llevar a cabo programas de investigación, que requieren más esfuerzo aún.El sueldo no es para lanzar cohetes, precisamente. Los horarios en la mayoría de los casos, tampoco.No se tiene un trabajo fijo/estable hasta que han pasado mínimo de 10 a 15 años... y a veces, ni después de ese tiempo se consigue, dado que, casi siempre, es preciso realizar oposiciones para los puestos en sanidad pública. Oposiciones en las que de nuevo debes estudiar hasta desollarte los codos para conseguir algo.Luego viene eso de ver sangre, de ver heridas, de tener que convivir con los aspectos más feos y desagradables de lo que suponen cuerpos humanos desde sus diversos aspectos biológicos, sanos y enfermos, cerrados y abiertos. Es cierto que hay que tener cierta dosis de lo que algunos de una forma muy fea llaman estómago, cualidad que muchas veces se tiene de forma natural y otras viene dado por la costumbre... porque sí que es verdad que a todo se acostumbra uno.En este desgrane de lo que suponen las profesiones de la salud no hay que olvidar que todos debemos, más pronto que tarde, tratar con el público, con personas que no están casi nunca en su mejor momento, que se encuentran angustiados por su situación o son los familiares de alguien enfermo. Trabajamos con personas en su peor momento, en aquéllos en los que el dolor o el miedo es lo que predomina y que hace complicado la relación. Para tratar con las personas en estas situaciones hay que tener cierta dosis de tolerancia, de empatía, de comprensión que te lleven a aceptar al otro reaccione como reaccione. Pero también una gran dosis de diplomacia, de mano izquierda, de saber capear el temporal cuando las cosas pintan feas y te ves frente al típico energúmeno que exige y protesta e insulta o, incluso, agrede verbal o físicamente. Todas estas herramientas no te las proporcionan en la carrera: te las debes conseguir por ti mismo, con mucha paciencia y mucho coraje. Y no es fácil, se lo aseguro.Otro aspecto importante es que estas profesiones se llevan a cabo en equipo, es decir, se trabaja con otros muchos compañeros de otras muchas disciplinas profesionales: psicólogos, farmaceúticos, celadores, auxiliares, limpiadores, pinches, trabajadores sociales... junto con profesionales de la enfermería y de la medicina. Y hay que saber trabajar en equipo, hay que saber respetar y valorar el trabajo de los demás. Cuando un paciente es dado de alta con éxito, ese éxito es el resultado de una labor conjunta... que muchos, equivocadamente, SÓLO ven como resultado del trabajo del médico. No sólo por parte de los pacientes y usuarios, sino por parte de algunos médicos.
Visto esto que planteo desde el punto de vista de la formación, pensarán que nadie es capaz de sobrellevar estas profesiones de la salud si no es con vocación... ¿verdad?Pues se equivocan.Muchos médicos, muchos enfermeros... hombres y mujeres, terminan sus carreras y su formación, sin la más mínima vocación, impelidos por unas expectativas falsas, quizá obligados por unas circunstancias que les impide arrepentirse o quizá amparados en la idea de que con el tiempo «el gusto por esto» llegará sólo, como esa pareja que se casa sin amor convencida de que el amor llegará con la convivencia... ¡en fin!Todos queremos que nos atiendan médicos y enfermeros competentes, que sepan qué se traen entre manos, que se formen a diario en los nuevos avances de la ciencia para posibilitar una atención mejor y de calidad. Que sean simpáticos, que sean amables, que se tomen nuestro padecer como el más importante de la ciencia médica y que sepan dar respuesta a nuestras inquietudes y necesidades de una forma eficaz, eficiente y efectiva.Pero todos sabemos que esto no siempre es así.He afirmado en muchas entradas de este blog, que predominan los buenos profesionales frente a los que no lo son. Eso no sólo lo digo, sino que lo afirmo, lo aseguro y lo rubrico donde sea.Pero, por desgracia, existen muchos malos profesionales de la salud a los que las personas, sus enfermedades o su salud, los avances médicos y de enfermería les trae sin cuidado. ¿Por qué -me imagino que se preguntarán- están estas personas desarrollando dichas profesiones si no valen para ello? Pues yo me pregunto lo mismo, sí. Algunos comenzaron con vocación pero tras un número de años trabajando en precario, la rutina, las malas condiciones, el nefasto sueldo o las escasas expectativas se quemaron como brasas y su vocación se murió irremediablemente. Otros muchos no la tuvieron nunca, nunca.Creo y es mi opinión que quizá se podría hacer algo para filtrar a los que acuden a estas profesiones buscando un nosequé pintoresco y los que de verdad se ven motivados por una vocación sincera. Creo que nos encontramos ante unas profesiones de gran responsabilidad que no debería llevar a cabo cualquiera y hay muchos que están y no debería.Supongo que con esto que afirmo muchos compañeros de profesión se me echarán encima y me regañaran por decir esto. Pero es lo que pienso.Llevo 21 años meditando y ésta es mi conclusión: se debería hacer algún tipo de psicotécnico o similar, no sé. Al igual que lo hacen policías, militares, pilotos de aviones y usuarios de armas de fuego. Y ya está... acabé.Y, por ahora, nada más.