Es indiscutible e inevitable: El divorcio impacta a los niños…
Sin embargo, la violencia familiar y el abuso son más dañinos para los hijos que el propio divorcio. Los niños en familias con altos niveles de conflicto sufren más que aquellos otros de familias divorciadas en las cuales no hay mucho conflicto.
La calidad y cantidad del impacto del divorcio en los niños depende de factores como:
- La cantidad y el tono del contacto con el progenitor con quien no convive.
- El nivel de ajuste psicológico y el apoyo del progenitor con quien convive.
- Las destrezas en la crianza de niños (que posean ambos progenitores).
- El nivel de conflicto entre los padres antes y después del divorcio.
- El grado de problemas económicos por los que se ve afectado el hijo.
- El número de eventos estresantes que acompañan y siguen al divorcio (mudanza, cambios de escuela, segundos matrimonios de los padres…).
Gran parte del impacto depende de la capacidad de los padres para manejar el estrés relacionado con el divorcio:
- Los niños sufren menos cuando los padres cooperan por su bien.
- Los niños sufren más cuando uno o ambos padres abandonan las responsabilidades de la crianza de los niños.
Es difícil y necesita tiempo: El ajuste de los hijos al divorcio conlleva varias tareas importantes y complejas.
- Aceptar la disolución del matrimonio como una realidad.
- Recuperar un sentido de dirección y libertad para proseguir con sus actividades diarias (juego, escuela).
- Lidiar con los sentimientos de pérdida y rechazo.
- “Perdonar” a los padres por divorciarse.
- Aceptar el divorcio como algo permanente.
- Desarrollar relaciones (con cada padre por separado, padrastros, madrastras, hermanastros, otros familiares).
Fuente original: Refliexiones y Orientaciones sobre el Divorcio