Revista Deportes
Por El ZubiMe van a permitir que les cuente una anécdota graciosa que me ocurrió en los tendidos de sombra de la Maestranza de Sevilla, hará unos diez años. Toreaba Curro en la Feria de San Miguel. Aquella tarde estuvo muy bien. En su primer toro estuvo inmejorable pero falló con la espada y sólo se llevó como trofeo unos ramitos de “romero” que el público le tiró desde arriba. En su segundo toro estuvo sensacional,...prodigioso, tanto con el capote como con la muleta, y aunque con una estocada no muy ortodoxa, “cazó” al bicho a la primera. Aquello le valió una oreja, que él recogió del alguacilillo con cierto asco y se la entregó inmediatamente a un subalterno. Curro se mostraba alegre y feliz y comenzaba a dar la vuelta al ruedo. Sentado a mi izquierda había un buen amigo “currista” hasta la saciedad y sevillano de pro, al que le debo haber comprendido en Sevilla a la perfección la liturgia y las claves del “currista”. Me estoy refiriendo a Fernando Fabiani. Mi amigo y yo, durante la corrida hablamos en diversas ocasiones de manera apasionada sobre Curro. Pues bien, cuando Curro pasaba por debajo de nuestros asientos en el tendido, por el ruedo con su ramo de romero en las manos, feliz por su triunfo, yo le comenté a Fabiani mientras aplaudíamos, que me daba la impresión de que Curro era un hombre feliz. Fernando hizo un aspaviento, se separó unos centímetros de mí y con una sonrisa de oreja a oreja y ,como si yo fuera un ingenuo idiota, me dijo así de claro: “Rafael, a Curro lo que le pasa es que está bien follao, ¿no te das cuenta…?”. Yo me quedé algo perplejo... y con una sonrisa asentí la grosera afirmación que mi entrañable amigo me había hecho. Sin duda era una conclusión llena de sabiduría e inspirada en la filosofía popular que es la más sabia. (Era la época en que Curro era novio de la bella señora Carmen Tello hoy ya su mujer). Y durante algún tiempo le di vueltas en la cabeza a esa afirmación y reflexione sobre la cuestión: “como una mujer puede tener una influencia tan importante en el devenir de un hombre, tanto para bien como para mal”. En este caso para bien, pues gracias a una mujer, a la hermosa y guapa CarmenTello, mujer y señora ya de Curro, le debemos los aficionados y “curristas”, que Curro, felizmente enamorado, nos regalara esos últimos cinco o seis años de arte, antes de que se retirara de los ruedos. Por eso hace años, cuando el maestro anunció a Fernando Fernández Román el 22 de octubre del año 2000 por la noche en RNE su retirada definitiva de los ruedos, experimenté varios sentimientos contradictorios a la vez. Por un lado tristeza enorme por no poder seguir soñando con el toreo con los ojos, con los oídos y el corazón. Pero por otro, sentí una gran alegría por el bien ajeno: al menos Curro, con su edad, no va a estar expuesto a una mala cornada, y ahora con esta gran señora le esperan unos años de felicidad y tranquilidad que se los tiene muy bien merecidos. La conclusión o moraleja de esta anécdota está en que el hombre que encuentra el equilibrio perfecto junto a una mujer, que se siente querido y amado por ella, protegido por su cálido manto de amor, está preparado para llevar acabo las más grandes gestas. Y si este hombre es un artista y además es torero, pues puede ocurrir lo que a Curro Romero, que sus últimos cinco años de carrera profesional han sido de oro puro. Conclusión importante esta ¿no creen ustedes? Les estoy hablando de otra cosa ya distinta a los Toros. Les estoy hablando del “Amor”.