Reflexología o terapia zonal es la práctica de estimular puntos sobre los pies, manos, nariz u orejas (llamados zonas de reflejo), basada en la creencia de que tendría un efecto benéfico sobre otras partes del cuerpo, o de que mejorará la salud general.
La forma más común es la reflexología del pie. La reflexóloga aplica presiones sobre el pie de una persona, el cuál presuntamente está dividido en un cierto número de zonas reflejas correspondiendo a todas las partes del cuerpo.
Facilita la obtención de energía vital, ayuda a estimular el sistema inmunológico y crea un cuerpo más fuerte y una mente más tranquila.