Revista Cultura y Ocio
No hace mucho tiempo escribía, a raíz de una de las primeras intervenciones de Joseph Gulino como Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, que en relación con la reforma en el país vecino del Código Napoleón respecto a la institución del matrimonio civil (me resisto a llamarlo "matrimonio homosexual"), se echaba en falta una posición concreta de la Obediencia, más allá de un puntual apoyo personal.
Acaba de hacerse público el comunicado que traducido al castellano transcribo a continuación. Llega justo cuando en España el Tribunal Constitucional está a punto de pronunciarse sobre una reforma que en nuestro país ya se efectuó, con los más amplios efectos, en el año 2005... Y el mundo no ha dejado de girar.
Proyecto de ley sobre el matrimonio para todos
La definición de los derechos de las personas no depende más que de la voluntad colectiva de éstas.
El Gran Oriente de Francia condena enérgicamente las manifestaciones vertidas por la Iglesia católica en relación con el proyecto de ley sobre la apertura de la institución del matrimonio civil a todas las parejas, y que se presentará al Consejo de Ministros el miércoles próximo.
La evocación hecha por el Cardenal André Vingt-Trois respecto a "las mutaciones profundas de nuestra legislación, que podrían transformar radicalmente las modalidades de las relaciones fundadoras de nuestra sociedad", es un testimonio de las posiciones más atrasadas y oscurantistas, en completo desacuerdo con las necesarias evoluciones sociales y políticas de nuestro tiempo.
En nombre de la Laicidad, el Gran Oriente de Francia recuerda que las iglesias deben limitarse únicamente al ámbito espiritual, sin interferir mediante imprecaciones estigmatizantes y propósitos en los que se mezclan violencia y odio, en los legítimos debates públicos y democráticos propios de la evolución y progreso de los derechos civiles.
París, 5 de noviembre de 2012Et si omnes, ego non.