Mientras España llora, América sonríe, digo yo, porque un pacto en el Senado de los Estados Unidos, podría abrir inminentemente la legalización a más de 11 millones de indocumentados.
Un informe del diario El País, revela que el presidente Barack Obama, respalda este acuerdo promovido por senadores demócratas y republicanos para favorecer una reforma legislativa que incluya una vía, para la legalización de más de once millones de inmigrantes sin estatus legal en América.
Ello supondrá "una verdadera revolución del sistema migratorio con importantes consecuencias demográficas, económicas y políticas", califica El País.
La iniciativa en concreto, ha surgido de un grupo de ocho senadores —cuatro demócratas y cuatro republicanos— con gran peso e influencia entre sus respectivos grupos, lo que hace suponer que, después de muchos y fracasados intentos durante varios años, esta vez se trata de una propuesta con considerables posibilidades de éxito, sobre todo en el Senado.
Si este pacto prospera, estaremos ante la más ambiciosa remodelación del modelo migratorio norteamericano en varias décadas, un paso que permitirá surgir de las sombras a millones de familias que viven en la semiclandestinidad y crear un nuevo mecanismo de control fronterizo y de visados para evitar otra acumulación masiva de indocumentados en pocos años más.
Este pacto que podría cobrar luz este martes en el Senado, para salir adelante, requiere de una serie de difíciles trámites parlamentarios y, sobre todo, de arriesgadas decisiones políticas que pueden llevar todavía varios meses.
LOS PASOS PARA SER UN CIUDADANO POR LEY
Aquellos que residan ilegalmente en EEUU y quieran recibir papeles tendrán que registrarse, demostrar su plazo de estancia, pagar un multa, ponerse al día de los impuestos impagados desde que viven en Estados Unidos, someterse a varias entrevistas, aprender inglés y estudiar lo esencial de la historia y el sistema político norteamericano.
El acuerdo alcanzado no anuncia un camino de rosas para los indocumentados. "No va a ser tan sencillo como presentarse en la oficina de inmigración de la esquina con un recibo de la luz", analiza desde Washington el corresponsal de El País, Antonio Caño.
Cumplidos los trámites, los futuros ciudadanos de América, serán puestos en la cola de las solicitudes legales de visado, con el objeto de no dar ventaja a los ilegales sobre aquellos que siguen el camino marcado de la ley.
Durante el tiempo que dure esa tramitación, podrán permanecer en el país, pero no tendrán acceso aún al paro, la seguridad social y los demás beneficios sociales que existen para los norteamericanos.
Este pacto no acabará hasta que millones de personas levanten un día su brazo derecho y juraren fidelidad a la bandera y la Constitución de Estados Unidos, escribe hoy El País.
TRES FASES
Se aplicarán tres velocidades distintas en este proceso: una más rápida para los jóvenes que fueron traídos sin papeles por sus padres y que han crecido y estudiado aquí, una intermedia para los trabajadores del campo, esencialmente en la producción de alimentos, y una tercera, más lenta, para el resto de los inmigrantes.
La legalización está sometida, además, a otras condiciones generales del sistema migratorio. Se reforzará la policía de las fronteras, se les facilitará nuevo equipo y tecnología para cumplir más eficazmente con su función.
En la medida en que se vaya certificando que esas medidas de seguridad avanzan, se irán firmando los permisos de residencia a los indocumentados.
Al mismo tiempo, se pondrá en marcha un nuevo método de seguimiento de los visados temporales para que las autoridades puedan asegurarse que nadie se queda posteriormente en el país de forma ilegal.
Asimismo, se acelerará la deportación de aquellos a quienes, en el proceso de verificación, se les encuentren antecedentes de delitos graves de carácter criminal.