Trazada posiblemente durante la dominación romana, conserva sobre todo muestras de la arquitectura árabe
Su trazado (casi triangular), sus límites y sus accesos han sufrido pocos cambios desde la Edad Media
La antigua plaza fue destruida por un incendio el 29 de octubre de 1589 cuando se decide construir una nueva.
Varios debieron ser los intentos de ensanche de la plaza, aunque de estos dos son los que más destacan;
El primero y más antiguo data de época de los Reyes Católicos, aprobado por la misma Isabel de Castilla en 1502. La propuesta vino del mismo ayuntamiento toledano y se autorizó a todos sus órganos la remodelación de esta, visto que la otrora plaza era demasiado estrecha, y ya que el Alcázar carecía de una plaza apropiada se querían unir ambos hasta la fachada delantera del edificio.
Para ello se elevaría un muro para superar el desnivel hasta el postigo de San Miguel y también quedaron regladas sus características, entre la que destacamos la construcción de los típicos soportales de arquitectura castellana.
Nunca se llegó a poner en práctica tan colosal obra, ya que teniendo en cuenta las posibilidades técnicas de la época y el elevado desnivel desde Zocodover hasta la fachada principal del Alcázar, 23 metros de altura, la dificultad se hacía muy gravosa sumando a esto el hecho de que para poder rebajar el terreno habría que haber excavado en roca viva.
El segundo ensanche sí se realizó y data de comienzos del siglo XVII. Hacia 1616 el ayuntamiento compró y derribo varias casas para ensanchar la entrada de la calle Ancha en Zocodover. Este consistió en el derribo de una serie de viviendas de poco valor que parece ser dificultaban la visión total de Zocodover desde su parte superior hasta la inferior y viceversa. Nunca se realizaron más soportales y probablemente este hecho se deba a que no se quería quitar metros a la plaza.
En 1854 se traza un ambicioso proyecto, de la mano del técnico Santiago Martín Ruiz, para reorganizar la plaza de Zocodover, transformándola en una plaza porticada rectangular
Lo mismo hizo, en 1866 , con el inmueble que cerraba la plaza al inicio de la calle de las Armas y delimitado por ésta y la entonces desaparecida calle de la Lamparilla. El ensanchamiento de los accesos principales concluirá en esas fechas con la demolición de los arcos que cerraban la plaza al inicio de la cuesta del Alcázar o cuesta de Carlos V. Fue entonces cuando se niveló la zona peatonal de la plaza, y se incorporó como paseo la calzada próxima al Arco de la Sangre.
Esta disposición, como nos indica Rafael del Cerro Malagón, se mantendrá hasta 1926, año en el que se recuperó el trazado de las primeras décadas del siglo XIX, es decir la plaza fue de nuevo una glorieta central delimitada por una calle circundante. Además se construyeron los evacuatorios subterráneos. En 1933 se acometió una reforma completa del pavimento y se construyeron los bancos de piedra.
La cruel guerra civil implicó la destrucción de parte de los edificios de la plaza, especialmente de la zona porticada que enmarca el Arco de la Sangre y que fue de nuevo reconstruida. La última reforma importante del pavimento y trazado circulatorio es del año 1961. Años después se taparon los evacuatorios públicos.
En la actualidad Zocodover es uno de los lugares de la ciudad donde se llevan a cabo multitud de actos y festejos, así como también sirve de popular punto de encuentro y disfrute de los toledanos y sobre todo paso obligado para los miles de turistas que jalonan las calles del casco histórico durante todo el año.
Fuentes:
wikipèdia
Rincón García, Wifredo (1999). Espasa-Calpe. ed. Plazas de España (primera edición). Madrid. ISBN 8423993086.
Luis Moreno Domínguez (2002). Antonio Pareja. ed. El Toledo invisible. Francisco J. Alguacil San Félix, Pablo Alguacil San Félix (primera edición). Toledo. p. 30. ISBN 8495453088.
http://www.ayto-toledo.org/archivo/exposiciones/zocodover/zocodover.asp
Revista Cultura y Ocio
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