Como que nuestros hijos están hechos unos toretes, mi marido y yo tenemos miedo de realizar reformas en el hogar. Cualquier mejora es susceptible ser arrasada en segundos. Así es que lo gordo, como instalaciones baño y cocina, lo tenemos hecho pero lo bello, aunque nos pese, tendrá que esperar a que los niños sean mayores. Ejemplos:
Las cortinas
No tenemos cortinas en casa. Nos encantaría tener coloridas cortinas de nobles telas, pero hicimos la prueba comprando las Matilda en Ikea, a 15,99 € el par. Las colgamos en todas las habitaciones pero en realidad vivieron en la lavadora hasta que se desintegraron. Eso sí, nuestras ventanas son Finstral, las mejores ventanas del mundo según mi marido. Aislamiento tirolés, como debe ser.

Sin cortinas, todo y ser una familia de rostros pálidos, estamos surtidísimos de vitamina D.
El parquet
Nuestro suelo actual lo pusieron mis abuelos en los 70 y es de estilo modernista. No me digáis que no habíais reparado en ello porque haga lo que haga, encuadre como encuadre, siempre que tomo una foto aparece este suelo. Vamos, que no pasa desapercibido. En los tiempos de Ruperta este estampado era lo más, pero en la actualidad resulta poco combinable y ciertamente cargante. Eso sí, es muy sufrido y camufla todo lo que mis hijos esparcen. ¿Para qué voy a poner parquet ahora? Nos quedan 2 operaciones pañal por completar y 1 millar de mocos en vómito por expulsar. No vale la pena. Poner parquet es una de nuestras ilusiones pero tendrá que esperar.

Si lo miráis fijamente durante 30 segundos veréis migas de magdalena en 3D
La entrada
Nuestra entrada, de personalidad carcelaria, son 4 paredes espartanas, un aplique en el techo y un armario de Ikea de 100€ para abrigos, zapatos y trastos. Y así se quedará durante años. Lejos de ser ese cálido lugar de bienvenida con acuarelas personalizadas y recuerdos de viajes, para nuestra familia esta es la zona de descontaminación y de descarga.
De desconatminación porque es el área en la que los niños bajan de la sillita doble y se despojan de la arena, de las migas de pan, de las piedras y de todas las impurezas que encuentran durante el paseo.
De descarga porque es ahí mismo, junto a la puerta, donde deposito las bolsas de la compra. Las que contienen comida las traslado a la cocina pero cuenta la leyenda que algunas bolsas con ropa residen ahí desde el año 2010.

¿Alguien es capaz de encontrar el pato parlante del lunes? Y sí, lo que hay encima del armario es un baúl para el coche. En la entrada.
