Revista Cultura y Ocio

refranes

Por Aceituno
ciempozuelos_28

El otro día leí un proverbio árabe que decía: “Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación”. Y, tras reflexionar unos segundos, me pregunté: ¿y qué pasa con quien no comprende el proverbio? Y es que, digo yo, que debe ser que los musulmanes tienen los ojos más expresivos que el resto porque si no, no lo entiendo la verdad. Ya me veo yo a mas de uno/a que yo conozco intentando comunicarme algo con su mirada y el resultado, créanme, es más parecido a un número de clown que a un diálogo. Claro que algunas miradas tienen fácil traducción y pueden llegar a ser muy expresivas, incluso más que las palabras, pero por regla general me parece que aquí el inventor de este proverbio se pasó de listo.

He notado que los proverbios y frases orientales en general (chinos, japoneses, árabes, etc.) y los dichos sudamericanos basados en las tribus indígenas (quechuas, aymarás, incas, aztecas, mayas, etc.) tienen un componente poético mucho más desarrollado que los refranes españoles, que en realidad son la quinta esencia de lo directo y lo simple, casi lindando con lo vulgar. Y en muchos casos sin el casi. Al pan, pan y al vino, vino. En eso se basan los refranes, sin poesía, sin tonterías, bien castellanos, directos y secos. Sabios, eso sí, con la sabiduría de la tierra, de los ancianos, del que sabe cuidar de su hogar y guardar para mañana, pero no busquéis en ellos matices metafísicos porque no los vais a encontrar.

Por supuesto que tienen su encanto, faltaría más. Están en absoluta concordancia con el carácter de la gente en España,  directo, sin tapujos ni medias tintas. Y por lo general son muy acertados. Desde luego mucho más que este proverbio árabe de la mirada y la larga explicación, que es el que me ha llevado a esta mini disertación acerca de los refranes españoles.

Deben ser pocos los refranes con los que no esté de acuerdo, porque además, si os fijáis bien, suele haber un refrán para cada situación, aunque sean situaciones totalmente contrarias. Por ejemplo: “al que madruga, Dios le ayuda” y “no por mucho madrugar, amanece más temprano”. Otro ejemplo: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” y “más vale tarde que nunca”. Hay muchísimos más y todos tienen razón. Son de una lógica aplastante. En el fondo vienen a decir que da lo mismo, que actúes, que tanto si madrugas como si no, estará bien porque lo importante es la acción, el ponerse en marcha, activarse, tanto si lo haces hoy en vez de mañana como si lo haces tarde mejor que nunca.

Me parece que el pueblo español es quien ha construido los refranes. No han sido los filósofos y los poetas como creo que sucede en oriente, ni los chamanes y los brujos como intuyo que ocurre en las tribus americanas. Según yo lo veo han sido los abuelos de mis abuelos y de los tuyos, la gente del campo, humilde y trabajadora que sabe escuchar y contar historias y que simplemente se limitaron a hacer pequeñas frases con las cosas que la vida les iba enseñando. Por eso son contradictorias y por eso son verdad. Porque la vida es así, contradictoria y verdadera.


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