Revista Cultura y Ocio
Esta semana estoy leyendo La camarera de Bach de Antonio Gómez Rufo, una novela que con lo poco que llevo leído ya sé que me va a gustar mucho. Estoy terminando No todos moriréis de Antonio Jareño, que salvo alguna sorpresa en el fina, me tiene enviciada desde que la comencé. Cuando la acabe quiero empezar La pintora de estrellas de Amelia Nogueras, una novela de la que he leído muy buenas críticas.
Capítulo XLII. Que trata de lo que más sucedió en la venta y de otras muchas cosas dignas de saberse.
En este nuevo Capítulo llegan a la venta un oidor y su hermosa hija, Doña Clara de Viedma, que resultan ser hermano y sobrina del cautivo, justo el hermano que el padre determinó que se dedicara a las letras y que va camino de Sevilla para embarcarse hacia las Américas.
Los dos hermanos se saludan entre lágrimas y deciden comunicarle cuanto antes a su padre el feliz retorno del cautivo. Mientras todos se van a dormir, Don Quijote se queda haciendo guardia a la vez que comienza a escucharse un dulce canto que a todos asombra.