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Las reglas de juego han cambiado. El nuevo entorno competitivo se caracteriza por una alta volatilidad en un escenario de grandes avances tecnológicos. Actualmente se considera que muchos mercados se han transformado en mercados hipercompetitivos como resultado de los avances en procesadores, bases de datos, sistemas de información, dispositivos, tecnologías de comunicación, etc…que les a permitido explotar nuevas oportunidades de negocio. Esto lo ha resumido muy bien Richard A. D'Aveni en la siguiente expresión: “Un mercado hipercompetitivo es aquel en el que los competidores actúan rápidamente frente a los gustos de los consumidores, frecuentemente apoyándose en las tecnologías de la información”.
Esta situación afecta a todo tipo de empresas y provoca que, esta necesidad de rápida actuación, convierta a estos mercados en “agresivos”, dado que las reglas de la competencia están evolucionando todo el tiempo. En estas condiciones, las empresas requieren:
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- De un sistema de toma de decisiones ágil. El tiempo y la cantidad de datos son factores clave que obligan a cambiar los sistemas tradicionales de generación de informes.
- Se trata de crear ventajas competitivas temporales pero de manera continua, en lugar de ventajas competitivas sostenibles, que es el enfoque tradicional que introdujo en su día Michael Porter.
- Gran capacidad de adaptación permanente, que afecta directamente en la organización, tanto en los flujos de autoridad e información, como en las formas de trabajar.
- Nuevas capacidades y destrezas del trabajador adaptándose a la nueva situación.
“En un escenario de este tipo, el control eficaz de los gastos es una tarea fundamental para tratar de alcanzar una ventaja competitiva lo más duradera posible, ya que pagar despilfarros nos debilitaría profundamente”