Revista Opinión

Refugiados sirios, una nueva vida en Brasil

Publicado el 10 abril 2015 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave
El sirio Abd Alrahman consiguió llegar en diciembre de 2014 a Brasil, donde se reunió con sus otros tres hermanos y sus padres. / ACNUR

El sirio Abd Alrahman consiguió llegar en diciembre de 2014 a Brasil, donde se reunió con sus otros tres hermanos y sus padres. / ACNUR

Dentro de la tragedia del conflicto sirio, aún hay lugar para la esperanza como la de una familia de refugiados que tras casi tres años de estar separados consiguieron reunirse otra vez, en un lugar muy lejano de su Siria natal, en Brasil.

Armin, de 24 años, y Ebraheem, de 22 años, decidieron cruzar a finales de 2012 la frontera con Líbano para evitar su siniestro destino: unirse obligatoriamente a las filas del ejército, algo que ya había hecho su hermano Abd Alrahman, de 22 años, que entonces se quedó en Siria, igual que sus padres y el más pequeño de la familia, Youness, que ahora tiene cinco años.

Tras un periplo por las principales embajadas occidentales de Beirut, a los dos hermanos se les denegó, en todas ellas, la visa como refugiado. Entonces un amigo les aconsejó que fueran a la Embajada de Brasil. Según relata el Acnur, este país “desburocratizó la emisión de visas para ciudadanos sirios y otras nacionalidades afectadas por el conflicto que estuvieran dispuestos a solicitar asilo”.  Armin y Ebraheem llegaron a Sao Paulo en diciembre de 2013.

Esta nueva legislación de Brasil ha provocado un cierto efecto llamada y, por eso, a finales del 2014 Brasil acogía a 1.524 refugiados sirios, de los 1.600  que había, en ese entonces, en América Latina. La mayoría de ellos, 1.183, obtuvieron este estatus a lo largo del 2014, cuatro veces más que en 2013, según datos del Acnur publicados en la BBC.

Una vez en Brasil, estos refugiados no solo cuentan con el apoyo de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), o instituciones, sino con una amplia comunidad libanesa y siria que llegó al país a finales del XIX y principios del XX.

Ahora, el número de refugiados sirios en Brasil ya alcanza a las 1.700 personas superando, incluso, el de colombianos con este estatus, que hasta ahora era la comunidad de refugiados más amplia del país.

Armin y Ebraheem consiguieron reunirse con sus padres y su hermano pequeño en octubre del 2014 en Río de Janeiro, donde entonces  Armin, de religión musulmana, trabajaba en la librería de una iglesia católica. Finalmente, Abd Alrahman consiguió abandonar el ejército, cruzar la frontera con Turquía y desde la embajada brasileña en Ankara tramitó su viaje a Brasil. El 29 de diciembre de 2014, toda la familia se volvió a reunir a miles de kilómetros de la tierra que los vio nacer.

Armin cocinando

Armin prepara en el salón de su casa platos típicos de la gastronomía siria / D.Félix /ACNUR

Ahora,  la familia prepara en su casa  platos típicos de la gastronomía siria como el falafel, hummus o dulces, que luego venden en la puerta de la parroquia. “Hacemos las recetas originales, tal como son en Siria. Trituramos el trigo para preparar nuestra propia harina de kibbeh y además colocamos nueces, lo que la gente de aquí no acostumbra hacer. Los brasileños compran porque saben que son ingredientes originales y frescos. Les gusta, vuelven y traen a sus amigos”, explica Armin a l’Acnur.

Ahora su sueño es poder traerse a Brasil, también, a sus primos para que les ayuden con el negocio familiar y, como ellos, tengan la oportunidad de tener un vida mejor, alejada de un conflicto que se arrastra en el tiempo, este marzo hizo cuatro años que empezó y parece no tener final.

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