Hace poco vi una foto en Internet de una especie de refugio de gato que había sacado Ikea. Me pareció interesante y tan sencillo que lo podía hacer yo misma aprovechando una caja de almacenaje de la propia Ikea (es una especie de troleo jajaja).
Como el cartón es fino decidí recubrirla de placas de cartón grueso para que pudiera aguantar los envites de mi gato, que no es muy delicado.
También le di una capa de cartapesta con la idea de pintarlo después.
No le he hecho base porque en la parte de abajo pongo un cojín plano de los que se usan para las sillas de jardín. La pintura corrió a cargo de mi hijo y mi marido en un momento de inspiración pictórica.
Se adapta al espacio de la estantería y lo más importante es que he obtenido la aprobación de Limón que es muy exigente.