Ya sabéis, y así lo hemos comentado en varias ocasiones, lo adictas que somos a las pastillas de jabón. Una de nosotras lo usa incluso en la ducha, la otra sólo para las manos, pero las dos adoramos su textura y olor. Es por ello muy normal que los usemos para aromatizar los cajones donde almacenamos nuestra ropa íntima o el ajuar de cama. Pero también podemos dejarlos a la vista por el mero hecho de dar un toque original en decoración, además de ser un buen "ambientador" natural.
Estos cuatro que os mostramos en la primera foto fueron regalados a una de nosotras por cuatro buenas amigas. El que lleva la letra "J" vino de Valencia, forrado elegantemente con la inicial de la homenajeada. Adora tejió con esmero y cariño esa preciosa bolsita de croché. María José, en su viaje al sur de Francia, adquirió el típico jabón de Marsella envuelto en rafia rosa. Helena, nuestra querida amiga de H3M Manualidades, nos trajo a cada una, desde Bilbao, sendas pastillas bellamente decoradas por ella con pajaritos que nos enamoraron. Y, finalmente, pero no por eso menos importante para la otra, una de nosotras, de su último viaje a Fez, se vino con otro obsequio jabonoso, cuadrangular y muy, muy atractivo al olfato. Estos presentes tan higiénicos pueden decorar, además de limpiar, tanto como os mostramos en el resto de imágenes.... ¡Esperamos os inspiren!
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¿Soléis decorar con jabones? ¿Os gustan las pastillas tanto como a nosotras?