Se trata de "La pequeña oruga glotona" de Eric Carle. Magnífico álbum ilustrado por sus bellísimas ilustraciones y su magistral manejo de conceptos y vocabulario. Es usado frecuentemente en escuelas infantiles pues permite trabajar con los pequeños de una manera amena. Yo misma lo he usado en multitud de ocasiones como instrumento de fomento de la lectura en bibliotecas, ferias del libro y colegios de mi provincia. Hacer el delantal ha sido reencontrarme con aquellos años de kilómetros, compañeras, cuentos, caras ilusionadas y manos manchadas de témperas.
He usado fieltro blanco, al igual que las páginas blancas del libro. He reproducido lo esencial de la historia, con el sol y la hoja verde que quitó el dolor de barriga de la oruga.
El bolsillo sirve para guardar los distintos materiales del cuento y reproduce las guardas del libro, que Carle hizo con trocitos de papel perforados. El autor usa a lo largo de toda la historia este recurso gráfico y didáctico que yo he intentado asemejar con los lunares de las telas.
La historia narra la vida de una pequeña oruga que nace un domingo por la mañana y se dedica a buscar comida nada más nacer.
Intentando ser fiel al cuento, he usado rotuladores textiles para conseguir algunos efectos que con las telas por sí solas era imposible. El collage usado tan frecuentemente por Carle en su obra, me ha permitido tratar las telas casi como si fueran papeles.
Desde la manzana que se comió el lunes, las dos peras del martes o las cinco naranjas del viernes, todo lo he pasado del papel a la tela. Con velcro en la parte de atrás para adherirse al fieltro del delantal.
Recursos ingeniosos y sencillos para enseñar los días de la semana (tanto los nombres como lo que implican de ocio y trabajo) o los números, sin didáctica aburrida. Y es así que el sábado es un día festivo para la oruga, que se zampa tanta comida, que terminó con dolor de barriga.
Después de comerse la hoja, la oruga se sintió mucho mejor y dejó de ser pequeñita, para pasar a ser grande y gorda.
Se construyó una casa alrededor y se quedó encerrada allí durante más de dos semanas.
Así que hice un capullo donde nuestra amiga se escondiera.
Hasta que empujó y empujó hacia fuera y...
Se convirtió en la mariposa más hermosa que he visto nunca.
Nuestra oruga come tanto que el delantal y el bolsillo casi se llenan por completo.
Y como sabéis que me gustan los detalles. os enseño algunos de ellos.
Una cuerdecita en el salchichón y la salchicha.
Una tela super apropiada para el cucurucho del helado.
O un bies de lunaritos que nuevamente recuerdan al recurso del cuento.
Como mis delantales son reversibles, la parte de atrás la he hecho con loneta azul marino y otro bolsillo. La superficie lisa permite personalizarlo con los nombres de los niños, de la maestra o de la escuela, según prefiera el grupo de mamis que me pide que realice este regalo de fin de curso al profesorado de nuestros colegios.
Hoy mismo se están entregando algunos de estos delantales. Junto con otros que ahora os enseño, forman una colección con la que estoy encantada. Espero poco a poco ir ampliando repertorio, siempre gracias a las geniales ideas de quienes me escriben a [email protected].
Si recordáis, la historia de los tres cerditos ya la preparé el año pasado (pincha aquí). Este año he hecho algunas ligeras modificaciones y Anamy nos las enseña.
Siempre se agradecen los regalos personalizados.
El bolsillo es muy útil para guardar objetos y tener las manos libres durante la narración.
Y como no podía ser de otra manera, también me han reclamado Caperucita este año (la del año pasado la puedes ver aquí). La niña de caperuza roja me sigue regalando buenos momentos.
Y con este simpático lobo disfrazado de abuelita, que de feroz tiene poco, me despido y os doy las gracias por vuestra compañía.