by El Rincón de Ika · Published julio 20, 2018 · Updated julio 20, 2018
Me atrevería a afirmar que toda mujer recibirá flores en su vida por lo menos una vez. Se trata de un regalo especial, con alma y siempre hay un buen motivo para regalarlas o recibirlas, desde clásicos como el amor (cada día en formatos más divertidos como esta imagen que os dejo de ohflor) hasta regalos de empresa, buenos amigos o a familiares.
Las flores frescas son las más típicas que se suelen regalar y, además, poseen grandes posibilidades a la hora de crear diseños originales entrecruzándolas o creando diseños de vértigo. Sin embargo, en semanas o apenas días, comienzan a marchitarse perdiendo toda su grandeza, por lo que mucha gente se decanta por flores preservadas o flores secas para que ese detalle o regalo especial perdure más en el tiempo.
El principal problema de las flores secas tradicionales era la pérdida de vitalidad, ya que aunque se conservasen hermosas, perdían el romanticismo y el encanto de la flor natural. Además, contaban con una desventaja muy grande y era que al tratarse de plantas secas, las ramas y tallos se quebraban con facilidad, siendo común ver pétalos caídos u observar un deterioro del color en mayor o menor grado según la calidad de la misma.
Al final, cualquiera de las dos opciones suponían regalos no demasiado duraderos, por lo que el sector de la floristería pasó años mejorando las técnicas de secado hasta dar con la clave: las flores preservadas. Se trata de flores naturales que han sido conservadas sustituyendo su sabia por otros compuestos de forma que permanecen con un aspecto de flor natural fresca.Se utilizan mucho en restaurantes de eventos como centros de mesa y también es costumbre en el ramo de las mujeres en sus bodas para poder conservarlo por más tiempo. En realidad hace menos de una década apenas eran conocidas, pero en la actualidad se han extendido como la pólvora haciendo que los especiales regalos florales se conviertan en señales de afecto que perduran en el tiempo.
La preservación es un proceso sofisticado que logra conseguir que las flores conserven un tacto y aspecto natural, por lo que no es de extrañar que cada día esté más de moda tener un detalle original a la par que especial con este tipo de flores preservadas. Se trata de flores liofilizadas que aguantan perfectamente sin agua y que, con cuidados mínimos, pueden llegar a durar hasta años con su aspecto original dependiendo de la conservación y calidad.
Las más románticas seguirán prefiriendo las flores naturales y frescas, repletas aún de vida, y realmente no creo que nunca dejen de ser el símbolo clásico, una oda que nos recuerda lo efímero de cada momento, algo que impulsa a vivir con pasión, carpe diem; pero, para mantenerte en la memoria, una flor seca o preservada puede convertirse en un objeto decorativo para el hogar o la oficina mucho más duradero; sea como fuere, la realidad apunta a una buena acogida por parte del mercado de este tipo de productos preservados y a una rentabilidad que promete expandir el negocio en pocos años.
Particularmente propongo una idea intermedia y las últimas veces que he regalado flores (sí, las mujeres también las regalamos) siempre he escogido plantas con maceteros de cuidados sencillos de forma que se pierde un poco el romanticismo, pero siempre podrás tener una planta a tu lado repleta de vida y, sobre todo, no hará falta que la cortes para disfrutar de ella.
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