Tras la corrupción que asola a España, que ahora implica al PP y a Mariano Rajoy, aparece un halo de esperanza porque la justicia no la dejará impune y porque, lo más importante, el país podría estar regenerándose, tras degradarse en los últimos nueve años.
La tendencia a mejorar se detecta en los últimos estudios del organismo más respetado del mundo que analiza la corrupción en 174 países, Transparencia Internacional, formado por académicos de reconocida honradez, y que en España tienen su sede en la Fundación Ortega y Gasset.
Con un complejo sistema anual de encuestas, la investigación valora de 100 a cero la mayor o nula transparencia, es decir, la menor y la máxima corrupción.
España había ascendido poco a poco a los 71 puntos en 2004, el puesto 21 ex aequo con Francia. Pero fue cayendo hasta la entrada de 2012, bajo los gobiernos de Zapatero, al puesto 30 y una puntuación de 65.
Se colocaba así por detrás de todas las democracias, entre ellas de dos hispanoamericanas, Chile y Uruguay (72), incluso detrás de Chipre y Botswana.
Pero pese a algunas recaídas que parecen corregirse ahora mismo, en las CC.AA. y en los ayuntamientos aparecía cierto regeneracionismo
Así, las CC.AA. que más avanzaron de 2010 a 20012 fueron Cantabria, que pasó de 53 a 95 puntos, País Vasco, de 57,5 a 97,5 y Baleares, de 56,3 a 83,8.
Merecen matrícula de honor los siguientes ayuntamientos, gobernados además por los grandes partidos hoy acusados de grave corrupción: Alcobendas, Bilbao, Gandía Gijón, Oviedo, Ponferrada, San Cugat y Torrent. Todos alcanzan los 100 puntos. Aunque Ciudad Real tiene 15.
Para las diputaciones debe hacerse otro análisis pormenorizado, porque parecen más corruptibles: Vizcaya alcanza 95 puntos, pero por debajo del 50 está la mitad, las últimas, Teruel y Toledo, con 23,8.
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SALAS