El origen de los problemas de España no está sólo en la mala calidad de sus políticos, sino también, y más grave, en el elevado número de cargos que ocupan: casi medio millón. Cuando un país tiene un político por cada 100 personas, ya no se le puede llamar político sino más bien enchufado, apesebrado, politiquillo, etc. La parálisis política que sufre España está evidenciando que es urgentemente necesario iniciar un proceso de despolitización que concentre el poder en la administración central y delegue parcelas de gestión en las restantes administraciones. Ese proceso sólo se puede llevar a cabo, en mi opinión, con el proyecto de UPYD. Y más: el proyecto de UPYD no tiene sentido si no es para esto.
El apoyo que el PSOE va a dar a la continuidad de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno va a tener muchas consecuencias, entre las cuales no está la que debería ser primordial: beneficiar a España, un ente abstracto en el que nadie piensa y al que nadie defiende. Y si no se defiende a España, mucho menos se va a defender a los españoles. En España mandan 17 presidentes autonómicos que gobiernan sus respectivas Comunidades Autónomas mientras que un Gobierno central gestiona algunas competencias, es decir, justo lo contrario de lo que se hace en cualquier país occidental. Este correlato se ha implantado también en los partidos políticos, donde los denominados ‘barones’ cuestionan al dirigente nacional a poco que ven peligrar su victoria en las siguientes elecciones autonómicas. A ninguno de ellos, sean del partido que sean, les importa un bledo el Gobierno de España ni el destino de este país. Su verdadero interés está en poder mantener a los miles de enchufados, apesebrados, politiquillos, etc, que tienen colocados en los miles de chiringuitos políticos que se han creado en cada Comunidad Autónoma con el propósito de intentar asegurarse su continuidad en el poder.
El agigantamiento de las 17 administraciones autonómicas y el debilitamiento de la administración central están en el origen de esta peligrosa parálisis en la que España ha entrado y de la que tampoco va a salir con la reelección de Mariano Rajoy. Bastante grande ha sido el sapo que se ha tragado el PSOE como para que ahora vaya a conceder una mínima estabilidad que permita a Rajoy agotar la legislatura, lo cual induce a pensar que, como muy tarde, las próximas elecciones serán a mediados de 2018. Hasta entonces Rajoy irá preparando a su sucesor, el PSOE irá buscando un candidato, Podemos podrá seguir agitando las calles y Ciudadanos seguirá intentando parecer útil.
¿Y mi UPYD? Mi UPYD tiene en su congreso de enero una buena oportunidad para ofrecer a los españoles el proyecto para despolitizar España que sólo UPYD puede ofrecer y que miles de españoles esperan recibir.