La historia de Reggie Williams es uno de esos relatos de un jugador que podría haber sido mucho más de lo que llegó a ser pero, en su caso, los infortunios de la vida le llevaron a no poder alcanzar, lo que el destino parecía tener guardado para él. Aun así, dejó destellos de la vida de una potencial estrella de la NBA y, sobre todo, por ser capaz de poner a Michael Jordan cuatro tapones en un partido, algo que nadie más fue capaz de hacer antes y después de su hazaña.
Es curioso que una serie de acciones defensivas en un único partido, puedan eclipsar una carrera en la NBA, aunque realmente ese hecho sea histórico e irrepetible.
Nacido en Baltimore, Maryland, en un entorno social difícil, la vida personal y deportiva de Reggie Lewis, nunca fue sencilla y, en su camino para llegar a la cima del baloncesto, tuvo alguna que otra piedra en el camino que pudo sortear con constancia, esfuerzo y mucho trabajo.
Se formó en su ciudad natal, en el Paul Laurence Dunbar High School, donde conoció y formó parte de un excepcional equipo de secundaria junto a otros tres futuros jugadores de la NBA, Reggie Williams, Tyrone "Muggsy" Bogues y David Wingate.
Este conjunto de jugadores fueron parte fundamental de que, los Dunbar Poets, llegaran a ser el mejor equipo de instituto del país, con un inapelable balance en dos años de 60 victorias y 0 derrotas , por lo que también son considerados, como uno de los mejores equipos de la historia de la competición.
A decir verdad, Reggie Lewis no era la estrella de aquellos Dunbar Poets y tenía un rol de sexto hombre.
Tanto Reggie Williams, como David Wingate y Muggsy Bogues, eran las auténticas estrellas de los Poets y ese papel se mostró claramente en los proyectos deportivos de la Universidades que les reclutaron.
Reggie Williams y David Wingate acabaron en los Hoyas de Georgetown y Muggsy Bogues en Wake Forest, mientras que Reggie Lewis recaló en Northeastern University en la ciudad de Boston, donde forjó una buena carrera durante los 4 años que pasó en la Universidad.
Curiosamente, ninguno de los cuatro jugadores terminó jugando para la Universidad de Maryland, el centro educativo de su Estado de nacimiento y donde triunfaba un joven que marcaría indirectamente la carrera de Reggie Lewis. Ese joven era otro nativo de Maryland, Len Bias.
Con el paso de los años, todos los miembros más destacados de los inolvidables Dunbar Poets de principios de los 80's, fueron desembarcando finalmente en la NBA.
En 1986, fue elegido David Wingate en el puesto 44 por los Philadelphia 76ers y ya en 1987 fueron seleccionados tanto Reggie Williams en la posición número 4 por los Clippers, como Muggsy Bogues en la posición número 12 por los Hornets y, finalmente, Reggie Lewis en la 22 por los Boston Celtics.
Las trayectorias y carreras de aquel grupo de jugadores vinieron marcadas en gran medida por los equipos que los terminaron reclutando.
Reggie Williams, el mayor talento ofensivo de todos ellos, cayó en ese agujero negro de talento llamados Los Angeles Clippers y su prometedora carrera fue poco a poco diluyéndose.
David Wingate se confirmó como un buen jugador de rotación en los Philadelphia 76ers de Charles Barkley y desarrolló una carrera sólida en la NBA, pero con escasas actuaciones a recordar.
Contra todo pronóstico por ser el jugador más bajo de la historia de la NBA, Muggsy Bogues tuvo una carrera bastante solida en la NBA y es recordado como un gran base que incluso llegó a promediar un doble doble de puntos y asistencias en 1994.
Por su parte, Reggie Lewis fue seleccionado por los Boston Celtics, un equipo que estaba empezando a pensar en el relevo de sus jugadores que acababan de perder la Final de la NBA de 1987 frente a los Lakers y que habían sufrido el año anterior, la devastadora perdida de Len Bias por un ataque al corazón seguramente debido al consumo de cocaína.
Antes de continuar, sé que muchos de mis lectores sois adolescentes y quiero hacer un comentario fuera de esta historia porque me preocupa realmente lo que veo en determinados programas de televisión respecto a la drogas. Las drogas no son buenas, ni graciosas, destruyen vidas y matan. No toméis drogas y alejaros de quien os las ofrezcan, sea donde y cuando sea. Podéis destruir vuestra vida como por ejemplo le pasó a Len Bias.
El que fuera número 2 del draft de 1986, llegaba a la NBA con el cartel de ser incluso mejor jugador que Michael Jordan, ya que cuando se enfrentaron en la NCAA, Len Bias había mostrado unas condiciones atléticas, al nivel o incluso por encima, de las de la super estrella de los Chicago Bulls.
El destino de Len Bias le llevó a nunca poder demostrar sus condiciones a la NBA y marcó la carrera de Reggie Lewis, ya que fue el siguiente jugador sobre el que los de Boston pretendieron empezar a construir los orgullos verdes del futuro.
Lewis llegó a unos Celtics donde seguían siendo claves y dominantes estrellas del nivel de Larry Bird, Kevin McHale o Robert Parish.
Empezó a trabajar con auténticas leyendas de la competición y cuando Bird le vio jugar al principio de su carrera pensó, según recordó años más tarde: "Cuando Reggie entró por primera vez a la liga, no sabía realmente cómo jugar al baloncesto. Solo tiraba a canasta. Eso era todo, pero era muy trabajador. Pasó mucho tiempo mejorando su juego. Le encantaba. Lo podías percibir siempre en los entrenamientos "
Reggie comenzó a crecer dentro de los Celtics y a ganar importancia y minutos de juego. Comprendió como se debía jugar al baloncesto en la liga, rodeado de algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos y se convirtió en el jugador que podía ser la base de la reconstrucción de los futuros Celtics.
Durante ese camino, llegó el histórico 31 de marzo de 1991, un partido cualquiera de temporada regular frente a los Chicago Bulls, donde realizó una hazaña que nadie había logrado y que nadie volvería a repetir.
Ese día, Reggie Lewis hizo cuatro tapones a Michael Jordan delante de su compañero Larry Bird y logró que los Celtics vencieran a los Bulls por un resultado ajustado de 135 a 132.
Michael Jordan ya era la estrella emergente de la liga y estaba a punto de ganar su segundo MVP y su primer Título de la NBA.
Cuando se le preguntó como recordaba aquella noche frente al malogrado Reggie Lewis dijo: "Oh, lo recuerdo muy bien. Me tenía medido esa noche en particular"
A lo que añadió: "Era un emparejamiento difícil. Tenía esos brazos largos que verdaderamente me molestaban. Trataba de ser agresivo con él y tomar ventaja de su comportamiento pasivo, pero no se rendía. Nunca renunciaba a su propia agresividad. Me sorprendió un poco"
Conociendo un poco el ego de cualquier jugador super estrella del baloncesto y, en particular, de Michael Jordan, decir esas palabras sobre la defensa de Lewis significaba mucho.
Los brazos largos de Reggie Lewis y su timing de saltos hicieron que pudieran taponar a Jordan hasta en cuatro ocasiones, lo cual de nuevo en palabras del propio His Airness: "Nadie me había hecho eso antes, y nadie lo ha hecho desde entonces".
La carrera del joven escolta de los Boston Celtics siguió creciendo desde aquella noche de la defensa sobre Jordan, un hito en su carrera que ni él mismo nunca llegaría a ser consciente de lo que marcaría su legado.
En 1992 fue nombrado por primera y única vez en su carrera All Star. Ese inolvidable partido de las estrellas, contó con todos los componentes del futuro Dream Team de 1992, en lo que sería el último baile de Magic Johnson en un All Star, tras haberse retirado por ser portador del VIH.
En sus dos últimas temporadas en la NBA promedió 20.8 puntos y se estaba convirtiendo, a sus 27 años, en una de las estrellas emergentes de la competición, pero todo se precipitó el 29 de abril de 1993, en el primer partido de Playoffs frente a los Charlotte Hornets.
Aquel día, a la mitad del primer cuarto, cuando iban 16 a 16 en el marcador, cayó sobre el suelo del mítico Boston Garden. Fue una caída extraña, hacia delante, como perdiendo la fuerza en las rodillas y quedó en el suelo, hasta que se sentó y se quedó parado buscando el aliento.
Se vio una muestra inequívoca de debilidad y no sé entendió muy bien el alcance lo que acababa de suceder en aquel momento.
Chris Ford, el entrenador de los Celtics en aquel momento y el primer hombre que metió un triple en la NBA, pidió tiempo muerto y Reggie Lewis se levantó y le acompañaron hasta el banquillo.
Intentó regresar al partido minutos más tarde, pero tras anotar 17 puntos en 13 minutos de juego, el medico de los Celtics decidió retirarle del partido.
Sin saberlo, Reggie Lewis acaba de jugar sus últimos minutos en la NBA y lo había hecho, curiosamente, frente a los Hornets, un equipo que contaba con Muggsy Bogues y David Wingate, dos de sus compañeros en los Durbar Poets.
Días más tardes y tras varios reconocimientos médicos, le diagnosticaron miocardiopatía hipertrófica focal, una patología del músculo cardíaco que puede causar latidos cardíacos irregulares e insuficiencia cardíaca.
Esa enfermedad era suficiente como para retirarle de las canchas de baloncesto, pero tras pedir otras segundas opiniones médicas, el Dr. Gilbert Mudge le diagnosticó síncope neurocardiogénico o como también se denomina síncope vasovagal, una condición mucho más leve y puntual que la miocardiopatía hipertrófica focal.
El resultado de esta segunda opinión claramente errónea, fue conseguir lo que Reggie Lewis estaba buscando, seguir jugando al baloncesto y preparar la siguiente temporada.
Como consecuencia de esos entrenamientos, el 27 de julio de 1993, durante un entrenamiento de pretemporada en la Universidad Brandeis en Massachusetts, Reggie Lewis murió de un paro cardiaco sin poder ser reanimado a pesar de recibir asistencia médica.
Los viejos fantasmas de los Boston Celtics con Len Bias, volvían a revivirse con su prometedora nueva estrella en la NBA. Además, también se vinculó la muerte de Lewis al consumo de drogas, en particular, nuevamente de cocaína, pero nunca llegó a estar realmente claro.
En ese momento, se entró en una serie de disputas legales entre la responsabilidad de los Celtics, los médicos, los seguros y la familia de Lewis que acabaron en los tribunales.
Sea como fuera, Reggie Lewis ya nunca volvería a pisar una cancha de baloncesto, ni volvería a hacer vibrar al público del Boston Garden.
El 22 de marzo de 1995, los históricos Celtics retiraron de forma póstuma el número 35 de Reggie para que colgará en su estadio para siempre y para convertirse, en un recuerdo indeleble en la historia de uno de los equipos más legendarios de la historia del deporte.