Un nuevo atentado ha vuelto a sacudir este jueves a la región china deXinjiang, la más conflictiva deChinajunto alTíbetpor sus tensiones independentistas. Según informa la agencia estatal de noticiasXinhua, al menos 31 personas murieron y 90 resultaron heridaspor las explosiones que destrozaron un mercado en un parque deUrumqi, la capital provincial, a primera hora de la mañana (madrugada en laEspaña peninsular). Tal y como relataron algunos testigos,dos vehículos todoterreno embistieron contra la multitud que se congregaba ante los puestos y luego arrojaron varias bombas. Al parecer, los coches chocaron y uno de ellos explotó.El mes pasado, otro atentado en la estación de Urumqi mató a tres personas – dos de ellas los atacantes – e hirió a otras 79, justo después de que el presidente de China, Xi Jinping, visitara la región. Desde entonces, la seguridad se había reforzado en Xinjiang, pero este nuevo atentado ha vuelto a poner en evidencia las tensiones separatistas que sacuden a esta región musulmana. A principios de marzo, otro atentado similar se cobró una treintena de muertos en la estación de Kunming, capital de la provincia de Yunnan, al suroeste de China. La Policía china culpa de estos ataques a terroristas islamistas que buscan la independencia de Xinjiang y están ligados al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental, calificado como grupo terrorista por la ONUy Estados Unidos después de los atentados del 11-S. Con tres veces la superficie de España y ocupando una sexta parte de China, esta región es una zona estratégica para el régimen chino por sus reservas de petróleo y gas natural y sus fronteras con Rusia,Mongolia, Pakistán, Afganistán, India y varias repúblicas ex soviéticas de Asia Central. A lo largo de la historia, Xinjiang ha permanecido bajo el control de los distintos imperios chinos cuando sus dinastías eran lo suficientemente poderosas para imponer su autoridad. Pero su población autóctona, la etnia uigur de religión musulmana que habla una lengua emparentada con el turco, aspira a la independencia para formar el Turkestán Oriental desde los años 30 del siglo pasado. Unas ansias secesionistas que han sido cortadas «manu militari» por el régimen chino.
