Aunque muchas son las cosas que se pueden contestar o presentar telemáticamente o por correo certificado administrativo, siempre que me es posible, prefiero presentar mis escritos física y personalmente por medio del registro de entrada de la Agencia Tributaria. En dicho registro te imprimen la etiquetita adhesiva y te la pegan en el escrito. Para mí es lo más fiable; más que enviarlo telemáticamente porque luego vete a saber si te discuten que lo has presentado o no, y mejor también que por Correos, aunque esta última es una opción perfectamente válida.
Alternativas al Registro de entrada de la Agencia Tributaria
Registro de entrada de la Agencia Tributaria, ojito con lo que enviamos por Correo certificado administrativo.
Precisamente se pone en duda la fiabilidad del registro de entrada de la Agencia Tributaria, no por los documentos que se presentan in situ, sino por los que se envían por Correos. ¿Cuál es el problema? La posible ineptitud del funcionario que graba esas entradas. El motivo, muy simple… porque le pueden poner fecha del día que lo reciben que es cuando a ellos «les entra». Pero claro, la fecha válida es la de presentación, en este caso por el contribuyente en una oficina de Correos. A veces no importa, pero otras puede ser la diferencia entre que un recurso entre dentro o fuera de plazo con sus fatales consecuencias.
Por eso es muy importante que, si nos decidimos a presentarlo en Correos, nos aseguremos que el sello que nos ponen en nuestra copia del escrito sea bien visible… y la fecha muy legible. No dudemos en exigir que se nos vuelva a sellar si no se ve bien porque será nuestra única prueba válida en un supuesto recurso o en un procedimiento judicial. Si hemos de llegar a tribunales es muy importante también no olvidarnos de presentar la prueba (el susodicho justificante sellado por la oficina de Correos), pero mejor no entregar el original; vale la pena ir al notario y que nos prepare una copia testimoniada para evitarnos posibles disgustos… a veces las cosas se pierden misteriosamente cuando le molestan a alguien.
Ramón Cerdá