¿Os imagináis lo complicado que sería jugar a un juego que no tuviera reglas?
Puede resultar útil consensuar con el equipo con el que te “unen” reuniones más o menos periódicas, las futuras reglas de juegoque ayudarían a que esas reuniones fuesen más satisfactorias para todos.
Hay menos tendencia a saltarse las reglas que se han decidido entre todos, que las impuestas… Todos somos rebeldes, con o sin causa.A parte de las clásicas (e ineludibles):
- Empezar puntual
- Acabar aún más puntual: llegada la hora prevista de finalización, los participantes tienen derecho a dejar hablando solo, al moderador que no haya gestionado bien el tiempo (apagar la luz, ya sería excesivo)
- Recoger por escrito las acciones y medidas que se han decidido (las primeras con detalle de QUÉ/ QUIEEEEÉN/ CUANDO). Si algún nombre no aparece, paga el café.
- Móviles apagados (ninguna empresa ha quebrado porque sus colaboradores tuvieran una hora el teléfono apagado)
Pero, abramos un espacio a nuevas reglas, dando libertad en la manera de expresarlas (bienvenido el sentido del humor):
- Actitud enfocada a la búsqueda de soluciones (no culpables). Caza a los francotiradores
- No superar un determinado nº de decibelios cuando defendamos con “pasión” alguna idea.
- No interrumpir salvo en casos de extrema necesidad (con aportación de justificante médico tipo “riesgo de infarto”)
- Cuando un tema está cerrado, pues eso: está cerrado!!!
- No se utilizará calzador para para colocar nuevos temas si no está previsto (pero hay libertad para proponer al moderador que un tema se incluya en la próxima reunión
- Se pueden prohibir palabras concretas: “eso es lo que hay…” “te lo dije…” las que más rabia den al equipo…
- Nadie se enfadará cuando le recuerden una regla que, “sin querer”, está olvidando.
Las reglas se numerarán, de manera que nos permita a todos comentar: te estás saltando la 7!Se aconseja imprimirlas y recordarlas antes de iniciar las próximas reuniones.
Que empiece el juego!