
La casa está en plena ebullición y llena de inquilinos. Me los encuentro por las esquinas y no paran de pedir, pedir, pedir…
Piden compañía, consejo, ayuda y cuanta cosa se les pueda ocurrir. Quieren aprovechar los días de vacaciones como si no hubiera un mañana, así que algunas veces me siento como en uno de esos viejos trenes traqueteantes y bulliciosos que se mueven sin parar hasta llegar a su destino.
Ponen el mismo entusiasmo en discutir cualquier decisión que cuando tenían diez y treinta años respectivamente, pero con muchos más argumentos y sigue siendo bastante complicado organizar un día de actividades pendientes.
Cada uno reivindica su derecho a tener prioridad por lo que pueda pasar después de comer. La hora de los postres es cuando surgen las temidas frases tipo “Eso mejor lo dejamos para mañana…Bah si estamos de vacaciones, vamos a cogerlo con calma… ” Comentarios que auguran que “eso” se quedará pendiente hasta mejor ocasión. Así que todos van corriendo a la parrilla de salida de la repetición sistemática tipo “que no se nos olvide hacer…, De hoy no pasa que hagamos el…” Para asegurarse que “lo suyo” entrara en la agenda del día.
Yo, mientras tanto, voy sorteando con mi total look surrealista los embates de los domingueros caseros que se empeñan en hacerse notar estos días.
Bastante tengo yo con organizar las cosas de la Nochevieja. Toooodos los años es lo mismo. La misma preocupación, el mismo estrés, la misma tensión para dejar a nuestra vena supersticiosa en paz durante todo el año venidero, que no es cosa que vayamos a desgraciar el tema apenas haya empezado.
Sigan estos sencillos consejos y verán que sobreviven con buen humor al año que viene.
Tengan preparado desde la tarde una serie de cosas y personas imprescindibles para la noche. A saber:
- - (Para tener mucha pasión y sexo durante el año) Ropa interior roja y sexy. No vale solo roja, también sexy. El concepto de sexy ya es algo personal, ustedes verán. Igualmente se les recomienda que sea sexy pero cómoda, porque la noche viene movidita en todos los sentidos y luego pasa lo que pasa.
- -(Para viajar) Una escalera de mano. Cuantos más peldaños tenga, mejor. Si tiene un jet privado, omita este objeto.
- -(Para conocer nuevos lugares) Una maleta llena de ropa. Si tiene casa en los cinco continentes, este tampoco lo necesita.
- -(Para ahuyentar la mala suerte) Algún objeto con el que hacer mucho ruido. Valen maracas, carracas, matasuegras, cascabeles, tambores etc. Si tiene una campana de oro macizo de 24 kilates con badajo de rubíes, tenga mucho cuidado dónde la deja, que en estas ocasiones la gente va muy pasada de copas y coge cualquier cosa y se la echa al bolsillo.
- -(Para llamar al dinero) Todo el dinero que pueda reunir. Todo vale, hasta la última monedita. Si su patrimonio asciende a más de 10 millones de euros, olvídese de este requisito.
- -(Para tener el amor verdadero) Algo de oro. Si no tiene nada de oro, de plata. Si tampoco tiene de plata de lo que tenga. Si solo tiene cosas de platino, también se puede saltar este paso. Aunque no lo quieran por usted mismo, siempre estará rodeado de personas empeñadas en intentarlo.
- -(Para la suerte) La bebida que prefiera para brindar. Lo tradicional es champán ó cava, pero hay gente que prefiere sidra ó vino y he visto abstemios brindar con té ó cocacola. Si es el típico sibarita plasta, que ha encargado la botella super especial de 25.000€, mire bien a quién pone a abrirla, que hay mucho manazas que dice ser experto.
- -(Para más suerte) Doce uvas empacaditas como prefiera. Metidas en una copita, en una cajita… Nosotros las compramos pequeñas porque sino la cosa se pone demasiado complicada, pero si le gustan los retos difíciles cómprelas bien grandes y que tengan muchas pepitas.
- -(Para trabajar un montón ese día) Tenga a su alrededor a la mayor cantidad posible de personas a las que quiera de verdad y que sospeche que, a su vez, le tienen un mínimo de aprecio a usted.
Luego simplemente prepare las cosas como todos los años. Si es el pijo impertinente, se lo prepararán todo en el sitio donde esté.
A eso de las diez, cuando ya haya terminado con el tema guisoteo, se mete un buen baño y se deja limpito y perfumado. Se pone la ropa interior roja. Recuerde, sexy pero cómoda y dispóngase a disfrutar de la noche hasta las 11:59. A partir de ese momento tiene que tener muy claro el orden de las cosas que deberá hacer. Piense que solo tendrá una oportunidad y alrededor de treinta segundos para hacerlo. Si falla, la suerte está echada y tendrá que esperar un largo año para remediar el entuerto.
Empezamos:
Segundos antes de las doce se abre la bebida y se sirve. Se echa el objeto de oro dentro de la copa llena. Se cogen las uvas. Empiezan las campanadas:
Se tiene que comer una uva en cada campanada. A la vez, salga corriendo y súbase a lo alto de la escalera, no deje de comer uvas, bájese de la escalera, meta el dinero en el bolsillo ó en la mano, coja la maleta, salga a la calle y de la vuelta a la manzana, venga deprisita, espero que esté comiendo uvas, regrese, suelte la maleta y coja las maracas ó su objeto sonoro y haga que suene todo lo fuerte que pueda ¡ánimo ya quedan menos uvas!, suelte las maracas y coja la copa, coma las últimas uvas, brinde con todos, beba sin tragarse el objeto de oro y ¡por fin! Dele un enorme beso todas las personas de la fiesta.
Si ha realizado todos los pasos en el orden correcto, no se ha saltado ninguno y no ha terminado en urgencias, todo irá normal en el año que viene. Si no, la hemos fastidiado y ya tenemos a qué echarle la culpa de todo lo malo que nos pase en los próximos 12 meses.
Sé que estarán pensando que el que mejor se lo ha pasado ha sido el pijo que no ha tenido que hacer tanta chorrada.
¡Pues no! Porque además de ser un soso de mierda, se quedará sin un montón de cosas, porque ha desafiado a la suerte y eso no se puede hacer.
Y lo más importante de todo:
Que todos nuestros sueños y deseos se hagan realidad en este año que viene y no permitamos que nadie nos arrebate la esperanza de que así sea.
