Cuando afirmo que Alejandro Amenábar es el mejor realizador español, muchas personas consideran que exagero y que se trata de una manifestación poco reflexiva, más propia de un fan enloquecido que de un crítico de cine. Obviamente, para gustos, colores. Pero, aunque considere que esta última película sea el peor de sus trabajos, me reafirmo en mi postura. Sus cinco anteriores largometrajes constituyen un compendio de genialidad y de amor por el Séptimo Arte que no resiste la comparación con los inicios de ningún otro cineasta de nuestro país. Su capacidad para asustar, hacer reír, conmover y agradar a todos los sentidos (desde el oído, con sus bandas sonoras, hasta la vista, con su creación de imágenes) es admirable. Basta con escuchar sus declaraciones en programas televisivos y en documentales, hablando de sus colegas de profesión y de su visión sobre el cine, para constatar que detrás de Amenábar se encuentra algo más que un gran cineasta que domina su oficio. Existe un artista entregado, que se manifiesta a través de su obra con pasión y sentimiento. Con “Regresión” retorna al terror y al suspense, los géneros que le catapultaron a la fama y le llevaron a conquistar un sinfín de premios y reconocimientos desde su debut. Y es partiendo de un listón tan elevado, por lo que “Regresión” puede considerarse su título menos notable, sin que ello signifique ni mucho menos que se trate de una cinta mala. Simplemente, no supera (ni siquiera iguala) a sus antecesoras, si bien mantiene las habituales corrección técnica y habilidad narrativa del autor. El ambiente y la escenografía son propicias para generar la tensión requerida. Los efectos de sonido, la música y la iluminación se utilizan con acierto y ofrece un puñado de excelentes escenas. Y, sobre todo, consigue incrementar el nivel de calidad a medida que avanza el metraje, siendo el resultado final muy superior a la media de las demás muestras del género que llegan a nuestras pantallas. No obstante, se percibe cierta “americanización” (dicho sea en sentido peyorativo) en la forma de abordar este proyecto. Se aproxima en exceso a un estilo narrativo más corriente y, por ende, menos artístico, y el constante tono de intriga e intensidad de la narración resta credibilidad a la historia. Si en “Tesis” combinaba con astucia situaciones terroríficas con momentos hilarantes y diálogos cómicos, si en “Abre los ojos” enlazaba con maestría la expectación y el misterio con los aspectos más ordinarios y cotidianos de los personajes, dotándoles de autenticidad, en “Regresión” dedica cada minuto de la proyección al complot y al miedo, lo que resta coherencia y verosimilitud al conjunto. Además, abusa de algunos tópicos propios de esta clase de films y que recuerdan a maestros como Kubrick o Hitchcock que, como otros, también se sirvieron de ellos. Si a todo lo anterior se añade la referencia a un tema (el satanismo) difícil de gestionar sin caer en el esperpento, la conclusión es que el guion flojea y el desenlace resulta irregular. Los hechos tienen lugar en Minnesota a principio de los años noventa. Un detective investiga el caso de Ángela, una joven que acusa a su padre de cometer abusos sobre ella. El acusado, de forma inesperada y sin siquiera recordar lo sucedido, admite su culpa. Ante eso, se recurre a un psicólogo para que le ayude revivir una sucesión de recuerdos reprimidos, saliendo de ese modo a la luz una serie de rituales satánicos en los que se invoca al diablo. Integran el reparto unos acertados Ethan Hawke y David Thewlis y una desaprovechada Emma Watson. El largometraje inauguró la reciente edición del Festival de Cine de San Sebastián, para ser posteriormente exhibido en Zurich.
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Datos del filmPelícula: Regresión.
Título original: Regression.
Dirección y guion: Alejandro Amenábar.
Países: España y Canadá. Año: 2015. Duración: 106 min. Género: Thriller, policiaco, terror.
Reparto: Ethan Hawke, Emma Watson, David Thewlis, Devon Bostick, David Dencik, Lothaire Bluteau.
Producción: Alejandro Amenábar, Fernando Bovaira y Christina Piovesan.
Música: Roque Baños.