Regreso

Decía el tango que veinte años no eran nada, y menos serán aún dos meses y medio. El trabajo, cuestiones personales y otras zarandajas de diferente pelaje me tuvieron separado de la cita diaria con los escasos lectores que siguen este espacio, que le sirve a uno de válvula de escape hacia el desconocido exterior cibernético, desde un anonimato medio impuesto y que no lo es tanto.

Me entristece ver decaer el número de visitas a la página; me apena no poder sacar diez minutos diarios para dedicarlos a leer los comentarios y limpiar el “spam”, ello me convierte en alguien verdaderamente pobre, por no disponer de esa pequeña cantidad de tiempo que proporciona una enrome satisfacción. Tampoco la política ha tenido cabida a lo largo de los últimos meses, pese a la abundancia de escándalos, porque leer la información y las opiniones de articulistas expertos de diferente signo, supone bastante más rato y esfuerzo que rememorar un lejano viaje a Oporto, reproducido en estas mismas páginas.

No sé si podré mantener el ritmo de publicación que sostuve durante más de tres años, pero al menos, prometo intentarlo, y no solo por esos escasos lectores a los que antes hacia referencia, sino por mi, por mi propio interés y de un modo egoísta, para respirar aliviado con la sensación de vociferar en el silencio del casi infinito espacio de la red.

Un nuevo saludo a todos.