Quiero contarte cómo el curso de Adopta un Copywriter ha cambiado mi vida. Además, te había prometido un post la semana pasada en el que iba a hablarte de mi reinvención profesional a raíz de la cual necesito una oficina en casa; pero mi vida ahora mismo es un caos y te voy a explicar por qué.
Quiero contarte esto porque es importante para mí, pero también porque recibo muchas consultas por privado preguntándome cómo lo voy a hacer con tres niños cuando vuelva al trabajo. La respuesta es que ya estoy trabajando, pero entonces viene otra pregunta: ¿en qué?
Un poco de currículum
Antes de contarte a qué me dedico, quiero explicarte cuál ha sido mi camino previo.
Soy Ingeniera Química y trabajé como Ingeniera de Proceso en dos empresas un total de 3 años. De esa experiencia en la que me sumí en una depresión (nivel: empezar a llorar al sonar la alarma al levantarme por la mañana) aprendí que no era eso a lo que yo me quería dedicar.
Y no era solo por el trabajo en sí, sino que lo veía totalmente incompatible con llevar una vida familiar. La conciliación en un trabajo así quedaba lejos, muy lejos.
Me quedé sin trabajo (gracias a Dios) y estuve unos meses buscando trabajo de Ingeniera de Medio Ambiente por darle una última oportunidad a todos los años que había invertido en formarme. Solo me querían para Proceso. Hasta me llamaban de empresas a las que yo no había ni enviado el currículum.
Yo siempre respondía: “¿Tenéis departamento de medio ambiente? Ahí sí que voy, sino no.”
Después de 6-7 meses buscando trabajo (y en los que abrí este blog, el quinto o el sexto que abría), decidí volver a trabajar en algo temporal mientras decidía qué quería hacer con mi vida. Así que me fui al telemarketing.
El motivo por el que busqué trabajo de teleoperadora es porque durante mis años de universidad trabajé como tal y fui coordinadora de un call center. Con tanta experiencia te cogen enseguida y es un trabajo que a pesar de ser un coñazo, haces tus horas y te vas a casa sin más.
Entonces empecé a trabajar en una empresa de telefonía catalana en noviembre de 2014.
Casi a la vez, empecé un Máster en Marketing y Comunicación Digital a distancia con la Universidad Abat Oliva CEU e IMF. No me gustó nada y apenas aprendí cosas. Bueno sí, que no iba a ser la Community Manager de nadie; que si llegaba a serlo, lo sería de mí misma. Los estudios a distancia huelen a caca y este apestó. No me gustó nada como estaba montado, pero bueno, embarazada de Bichito gracias a la FIV, hice el examen presencial y lo aprobé.
Después de mi baja maternal, cogí una excedencia hasta que en el mes de septiembre de 2016, Bichito pudo empezar la escuela infantil con 8 meses.
Volví a ser teleoperadora y a darle vueltas otra vez a lo que quería ser de mayor.
Fue entonces cuando una idea derivada del movimiento de este blog y del tiempo que me quitaban las consultas que recibía por email, tomó forma. Hice consultas con expertas en Marketing, amigas del alma y nació Por mis Ovarios. Si no sabes lo que es, mejor. Fue un proyecto que fracasó estrepitosamente (y no me avergüenza decirlo) en el que quería dar soporte a otras mujeres que estuviesen pasando por reproducción asistida.
Por mis Ovarios salió a la luz sobre junio del 2017 en una web monísima que me curré durante meses con la idea de publicar un libro algún día. Es decir, de pensar en “yo quiero escribir” acabé con un proyecto sobre “acompañamiento en la infertilidad”. Ahora miro atrás y veo que perdí de vista mi sueño principal por escuchar más a los demás que a mí misma.
Entonces, descubrí el mundo del coaching que me atrajo hasta el punto que empecé un Posgrado en Coaching Integrativo en Octubre de 2017.
Siempre recordaré que el primer día de clase yo debía estar en plena implantación de mis pollitos sin tener ni idea de lo que se me venía encima.
Ese posgrado me flipó. Me hico ahondar en mí, aprender a escuchar y otras técnicas de comprensión de lenguaje corporal y cognitivo. Aprendí muchas cosas, pero la que más segura tenía a final de curso (a punto de dar a luz ya) era que yo no quería ser coach. Al menos, no de 1 a 1.
Estaba perdida pero pensaba “voy a tener mellizos, voy a dejar de pensar en mi futuro y voy a centrarme en esto que viene”.
A mí lo que me gusta es escribir
Toda la vida escribiendo y nunca lo había visto como una profesión. ¿Cómo se es escritora? ¿Y redactora? ¿Por dónde empiezo?
Pues empecé realmente a los 6 años, cuando los Reyes Magos me trajeron un diario en el que escribía cada día. CADA DÍA.
Siempre leí mucho y escribí mucho. Con 8 años me saqué el carnet de la biblioteca de mi pueblo y fui feliz. Devoraba libros y escribía en mi diario. Me inventaba historias pero suspendía lengua por faltas de ortografía porque yo pensaba que lo mío eran los números. Y lo son. Pero también las letras. Y escribir.
En la depresión de la adolescencia escribía poemas de amor. Me presentaba a concursos de poesía y me leía libros voluntariamente para subir nota. Siempre me decían que mi redacción estaba genial, pero “ay Laura, las tildes!!! los signos de exclamación!!” Soy una patana para eso, lo reconozco.
Mi primer blog lo abrí en el 2007 y hablaba de sexo. El siguiente sobre cocina, luego intenté uno de moda, otro con textos rarunos con un colega del instituto, después uno personal mío que siguió con este y otro sobre vida saludable. ¡Ah! Y el blog de Por mis Ovarios, que no se me olvide. Soy la chica del blog, vaya xD.
El caso es que recién parida me dio la crisis de existencia hormonal de: “¿y qué coño voy a hacer con mi vida ahora? Cuando estos vayan a la escuela infantil en septiembre de 2019 no quiero volver a ser teleoperadora. Era un trabajo temporal y ya habrán pasado 5 años. Me niego.”
Como pasaba muchas noches sin dormir por los pollitos, la cabeza me bullía y mi dedo iba a tope por internet. Hice un brainstorming súper absurdo llamado “¿Qué me gustaría ser de mayor?” y anoté todas las profesiones que se me habían pasado por la cabeza alguna vez.
Sí, también estaba la opción de dependienta de una tienda de productos ecológicos, así que imagínate, lo apunté TODO.
Y volvió a aparecer: escritora, redactora, copywriter…
Entonces me di cuenta de que yo lo que siempre he querido ha sido escribir. Lo he tenido claro, pero no he sabido cómo enfocarlo profesionalmente.
Como caído del cielo apareció ante mí un curso de Javi Pastor (un referente del copywriting español) que se llama Adopta un copywriter en el que, además de la teoría, te enseñaba a crear tu negocio desde el principio.
Y tan bueno es como copywriter, que con bebés mellizos de un mes a mi cargo, me convenció para apuntarme a su curso.
Un antes y un después
Podría decir que Javi Pastor es uno de los hombres de mi vida por lo que ha significado su curso para mí.
No solo me he empoderado como redactora y he aprendido copywriting de los mejores tutores que podía tener (gracias, Ana), sino que he creado mi marca y estoy trabajando con un socio desde hace meses.
Ahora mismo acaban de abrir inscripciones para un training gratuito que no te puedes perder. Si quieres vivir de escribir, es aquí por donde tienes que empezar.
Un socio que tiene mucha más experiencia que yo del que estoy aprendiendo una barbaridad. Tanto de copywriting, como de redacción y SEO. Él es Joan Marco y es un crack del copywriting turístico.
Y también fue por casualidad.
Él controla de SEO y este blog que estás leyendo ahora mismo, fue penalizado por Google en diciembre. Mis visitas cayeron en picado y yo me acojoné. Tantos años de trabajo no se podían ir al garete.
Mi tutora del curso me dijo que hablase con él sobre el tema; eso le llevó a descubrir mi blog y mi forma de escribir.
Me propuso trabajar con él y no me pude resistir a esa oferta. Pero claro, como buenamente puedo porque trabajar con bebés en casa es tremendamente complicado por no decir prácticamente imposible.
¿Mi blog? Solucioné el problema, pedí la reconsideración de los señores Google y de momento se está recuperando de tal batacazo… ¡ay madre!
Y, ¿el trabajo de blogger?
Aunque el blog e Instagram dan ingresos por publicidad o posts patrocinados, no quiero que sea mi trabajo principal.
Hoy estoy aquí, mañana, no lo sé. Y no quiero depender de modas o algoritmos para tener trabajo. Que de momento sí que estoy aprovechándolo, y espero que dure porque también es un trabajo que me gusta mucho, pero es cierto que es muy volátil y funciona por temporadas, las cosas como son.
Si tengo que decir cómo me veo en el futuro te diré que de 8 horas de jornada laboral, me gustaría dedicar 6 a redacción y copy y 2 a RRSS, con clientes que me aseguren trabajo en los siguientes meses y no tenga que depender de si me contactan las marcas o no.
Bastante agobiante es la vida del autónomo como para encima estar esperando a que me lluevan propuestas. No, eso no.
Es posible que algún día termine mi aventura en las redes, quien sabe. Si eso ocurre, yo quiero tener mi profesión bien afianzada, y tengo claro y decidido cuál es. Por fin hoy, aquí y ahora puedo decir que soy Copywriter y redactora freelance, y ¿sabes? se me llena la boca al decirlo. ¡Qué felicidad!
Aún no tengo mi web lista, pero sí Instagram que actualizo más bien poco porque no tengo tiempo (eso es positivo). En cuanto tenga web te la enseñaré y si tienes algún negocio que pueda necesitar mis servicios, ¡hablamos!