Nos encontramos en plena época de cambio. Aunque el cambio y el progreso siempre es inevitable, es cierto que en los últimos años estamos asistiendo a lo que se denomina la era de la Tecnología. Luchar contra ella es imposible por lo que propongo el “renovarse o morir”. Reinventar. Poner nuestro granito de arena en una playa sin fin.
Bajo a por el pan y la biblioteca de frente de mi casa se encuentra empapelada con pancartas que piden que no la cierren. Una biblioteca que sólo abre tres días a la semana se encuentra bajo amenaza de no abrir ni uno sólo. ¿Y cuál es la solución? Ir a consumir cultura, sacar libros, escribir este post desde allí, donde ahora me encuentro, en lugar de hacerlo desde casa o desde una cafetería.
Abro el periódico, una librería más que cierran. Amazon y los grandes comercios vuelven a ganar la batalla. No cargaré contra ellos, es cierto que cuando he residido en el extranjero me han salvado de muchos apuros ya que no podría haber realizado mi tesis sin tal plataforma, no obstante no es todo o nada. Ambas pueden convivir en el mismo plano, bajo el mismo techo, lo tradicional y lo moderno. Tu librero de siempre, el que te aconseja. La empresa que te manda el libro que necesitas urgentemente en sólo veinticuatro horas a un país que ni por asomo vende libros en español y mucho menos ese. Pensemos antes de actuar. No acudamos a las compras online cuando en la esquina de tu calle hay alguien que depende de tu compra para seguir abierto.
Regala cultura. Piensa en tu amiga, padre, hermana, jefe al que quieres regalar u obsequiar con algo. Quizás no le gusta la lectura, pero sí el teatro, o el cine o la ópera, la pintura. La cultura es infinita. Duradera. Hereditaria.
La cultura es conocimiento y lo único que nos puede salvar del más voraz apocalipsis.
Regala cultura.