Cuando parte de tu formación incluye líneas artísticas y, el desarrollo de tu profesión, incluye la puesta en pie de piezas en cualquiera de estas áreas, eres totalmente consciente de, que recursos y que posibilidades tienes a tu disposición en los diferentes lenguajes y eres capaz de diseñar una propuesta para cada opción o reto que se te planteé. De la misma forma en que un SocialMedia es capaz de diseñar la estrategia para cada modelo de negocio que cae en sus manos y cualquier recién salido de las aulas donde se estudia Marketing, Derecho ... puede elegir, de entre sus conocimientos, la fórmula adecuada para adaptarla a cualquier propuesta, un artista puede ejecutar el mismo tipo de acción.
Resulta complicado para las personas que se dedican a profesiones relacionadas con el Arte, quitar el carácter de misterio y el halo de magia que caracteriza a su tarea, sin embargo, asistimos a clases que ya son regladas como estudios superiores y una vez salidos de la formación académica, estamos absolutamente seguros de que debemos ejercitar nuestras capacidades y habilidades sometiendo todas las herramientas a un reciclaje forzoso durante todo el tiempo en que dura nuestra vida laboral.
Un artista estudia y un artista realmente basa el 90% de su trabajo en procesos ya estipulados y puestos a prueba desde distintos ámbitos pero, aún argumentando a este nivel, la magia sigue apareciendo y el espectador o persona alejada de este sector piensa más en las candilejas y el aplauso que en el duro trabajo que se deja atrás cuando sube la luz en el proscenio y los actores recogen ramos de flores recibiendo multitud de aplausos.
La profesión que marca con sello de artístico cualquier elemento que toca, no permite una acepción simple de creativos para realizar solo el lanzamiento de un mensaje, sin embargo, hasta el creativo que más tiende a no considerarse artista en una agencia de publicidad, es consciente de que su creatividad forma parte de un proceso que le permite ser entrenada y potenciada a voluntad propia y es que el que se mueve en el Arte, además, de estudiar formulaciones, adquiere procesos interminable hasta hacerlos mecánicos, entrena, a diario, todas las capacidades y habilidades para desarrollar su creatividad a una potencia infinita.
Si un artista puede entrenar las capacidad y habilidad para desarrollar una creatividad apabullante, es porque ya hay formulaciones y aplicaciones prácticas para sostener ese entrenamiento constante pero, la personalidad común alejada del Arte, aún manifiesta resistencias a entenderte, a pesar de estos argumentos y has de terminar concluyendo que no todos los artistas manifiestan talento. Talento, esa capacidad de invitar a las musas que logran hacerte despegar para sobrevolar viejos y nuevos mundos. Ahora, piensa, ¿de la misma forma que encontrarás SocialMedia, Marketeros, Abogados ... que tampoco pueden hacerlo?
Y mientras un grupo muy reducido de profesionales académicos, si puede presumir de esa cualidad, la gran mayoría no despega más que en el buen hacer de la técnica y así SocialMedia, Marketeros, Abogados ... quedan en caminos muertos pero como los artistas son muy perseverantes en el deseo de controlarlo todo, se esfuerzan, en crear más entrenamientos básicos para ir, poco a poco, despertando el talento. Si un artista entrena, es porque se basa en una estructura que permite ese concepto y si hay una estructura, la estructura se puede extraer y adaptar según objetivos.
Desarrollar toda la técnica y adaptarla a la consecución de objetivos diversos, es posible, porque el Arte, está lleno de procesos y ya veremos, si encontramos el talento luego.