Antes de la adquisición del lenguaje oral, es necesario trabajar ciertos contenidos pre-verbales que afectarán el proceso del desarrollo del mismo, entre esos pre-requisitos imprescindibles se encuentran las habilidades oral-motoras de alimentación.
La relación directa entre el lenguaje y alimentación es que los órganos que intervienen en la alimentación son los mismos que utilizamos para el habla. Es vital realizar la introducción oportuna de las diferentes consistencias y texturas a la edad correspondiente para que la musculatura y las estructuras anatómicas reciban el estímulo necesario para lograr el posicionamiento anterior de la mandíbula, el desarrollo de los maxilares, el tono de la musculatura oro-facial y el correcto posicionamiento de los órganos durante la deglución; todo esto generará, progresivamente, las condiciones favorables para la erupción dentaria y correcta relación oclusal (mordida), promoviendo la armonía facial y funcional, contrarrestando así, la posibilidad de padecer problemas de habla o retrasos en la adquisición del lenguaje. Este proceso será favorecido por los movimientos producidos durante la succión del pecho materno y la masticación.
Las habilidades de alimentación preparan, ejercitan y desarrollan la musculatura oral y otras estructuras faciales para la adquisición del lenguaje. En consecuencia, cualquier alteración en la adopción de los esquemas alimenticios o en el proceso de desarrollo de las habilidades oro-motoras básicas podría afectar producción del habla. Un niño de más de un año que se alimenta mayormente de comidas licuadas o papillas, no tendrá la estimulación necesaria para que se desarrollen sus estructuras anatómicas faciales y la tonicidad de la musculatura afectando la calidad de los contactos articulatorios para producir los sonidos del habla.
Es importante detectar los problemas de alimentación en el bebé de alto riesgo y en etapas tempranas con la finalidad de atenderlos y reeducar los patrones alimentarios. Asimismo, insistir en la importancia de una alimentación apropiada y correcta para lograr el desarrollo físico, emocional, social y dentario del niño, así como para la posterior locución.
T.L. Karen Ferreira Toro
Terapeuta del Lenguaje
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