Tres estudios recientes señalan una relación entre la exposición antes del nacimiento a una clase de pesticidas utilizados ampliamente en cultivos de alimentos y menos puntajes de inteligencia en los niños.
El efecto resulta especialmente notorio entre los niños de una región agrícola de California en donde ellos y sus madres también están expuestos potencialmente a pesticidas por su uso en los cultivos locales.
Los pesticidas en cuestión se conocen como organofosfatos. Eliminan los insectos alterando sus cerebros y sistemas nerviosos. Desarrollados inicialmente en forma más potente como veneno que ataca los nervios durante la Segunda Guerra Mundial, pueden alterar también el sistema nervioso humano, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
La investigación no prueba que la exposición a los organofosfatos sea mala para el cerebro en desarrollo de niños y bebés. Eso podría ser imposible de confirmar porque hay impedimentos éticos que no permiten a los científicos asignar de manera aleatoria a algunos niños a los pesticidas para ver qué sucede.
De todos modos, "se está empezando a generar evidencia" para apoyar la relación, aseguró Brenda Eskenazi, coautora de uno de los estudios y directora del Centro de Investigación Ambiental y Salud Infantil de la Universidad de California en Berkeley.
Los investigadores anotaron que, aunque ya no se usan organofosfatos en los pesticidas diseñados para uso doméstico, siguen siendo comunes en la agricultura.
Dos de los estudios, realizados por investigadores del Centro Médico Mt. Sinai y de la Universidad de Columbia, examino a niños de la ciudad de Nueva York, mientras que el estudio de Eskenazi examinó a 320 niños y a sus madres de la región del Valle de Salinas del centro de California. Todos los estudios hallaron relaciones entre la exposición a los pesticidas de las mujeres embarazadas y puntuaciones de CI más bajas en sus hijos para la edad de siete años.
En el estudio del Valle de Salinas, los investigadores buscaron señales de exposición a los pesticidas en la orina de las madres durante el embarazo y posteriormente en sus hijos.
Los investigadores hallaron que cada aumento de diez veces detectados en los organofosfatos durante el embarazo correspondieron a una reducción de 5.5 puntos en las puntuaciones generales de CI de los hijos para los 7 años.
De hecho, los investigadores informaron que el 20 por ciento de los niños cuyas madres parecieron haber estado expuestas a la menor cantidad de pesticidas presentaron un nivel de CI cerca de 7 puntos superior, en promedio, que los del veinte por ciento que nacieron de mujeres que presentaron la exposición más alta.
La diferencia es equivalente a unos seis meses de desarrollo cerebral en un niño común, según Eskenazi. Además, las diferencias se mantuvieron incluso cuando los investigadores ajustaron sus estadísticas para que no se vieran alteradas por factores como el nivel educativo de las madres y la exposición a otras toxinas, como el plomo, anotó.
Eskenazi señaló que la relación era "sustancial" en cuanto a poblaciones completas y podría causar que más niños necesiten educación especial y otros servicios.
Los estudios muestran más del efecto en el Valle de Salinas que en la ciudad de Nueva York, lo que posiblemente sugiere que los niños de California estuvieron expuestos a más pesticidas porque viven cerca a granjas en donde se utilizan estas sustancias.
"Si nuestros hallazgos resultan ciertos, lo que estamos viendo es que hay varios mecanismos involucrados" en el cerebro de un niño cuando resulta expuesto a los pesticidas, aseguró Eskenazi.
¿Cómo pueden los padres reducir la exposición de sus familias a los pesticidas? "Sería importante que los padres pensaran en reducir la exposición durante el embarazo. Por ejemplo, tomar medidas para evitar que las plagas entren a la casa en lugar de tratar de controlarlas con pesticidas cuando ya han llegado", señaló Mary A. Fox, profesora asistente del departamento de políticas y gestión de la salud de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Johns Hopkins.
"De manera similar, las comunidades puedan esforzarse por estrategias de control de plagas integradas que utilicen una combinación de métodos para intentar reducir el uso de pesticidas químicos", recomendó Fox.
Eskenazi sugiere que los padres compren frutas y verduras frescas orgánicas para evitar los pesticidas. Si no es posible, recomendó "lavar bien las frutas y las verduras. Cepíllelas, sobre todo si son de cáscara dura. Si tienen cáscara, de todos modos hay que lavarlas".
Los pesticidas en cuestión podrían estar de camino en convertirse en un riesgo menor. Eskenazi aseguró que hoy son menos populares que en el pasado. "El sector ha respondido", dijo. "Definitivamente, hemos visto una reducción, además de un aumento en los cultivos orgánicos".
Desde | HealthDay News/HolaDoctor
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