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2014 Coaching personal
RELACIONES: ABRIR Y CERRAR PUERTAS… (I)
Escrito por Miguel Benavent de B. Sin comentariosNuestra vida es un continuo abrir y cerrar puertas. En el transcurso de los años, aparecen y desaparecen muchas personas, no siempre por razones concretas. Algunas tuvimos la fortuna que desaparecieran de nuestra vida, otras no obstante nos hizo sufrir su ausencia, anunciada o no. Lo que está claro es que en ese continuo fluir de personas que entran y salen de nuestra vida, siempre existe el sentido profundo de su aparición o desaparición. Como suelo afirmar, alguien dijo que hay personas que llegan por un rato, otras por una razón y otras para toda la vida!
Nos cuesta aceptar que no toda persona estará toda la vida con nosotros. El matrimonio no es más que una presunta garantía burocrática para que permanezca en el tiempo y “hasta que la muerte nos separe” un tipo de relación. Evidentemente, argumentada convenientemente por las creencias religiosas, políticas y/o sociales. “La amistad es para toda la vida”, afirmamos con orgullo, a pesar de que eso no suele ser verdad, en nuestra vida ordinaria. Y es que, a decir verdad, nos cuesta aceptar que nuestra vida es continuo cambio, aunque nos obstinemos en lo contrario. ¿Cuántas veces intentamos desesperadamente mantener una relación imposible o que ya está rota? ¿Cuántas veces nos dejamos llevar por la nostalgia y mantenemos relaciones de cualquier tipo, para justificar el tiempo pasado compartido, sin que en este momento tenga sentido verdadero nuestra relación? ¿Cuántas veces nos vemos obligados a mantener una relación (p.e. familiar) que no nos aporta nada y no tiene más sentido que el estricto vínculo sanguíneo…y fortuíto)?
El concepto que tenemos de la vida viene demasiadas veces condicionado por nuestras relaciones en ella. Si las relaciones van bien, nuestra vida al parecer va bien. Y viceversa. Pero la verdad es que otorgamos a nuestras relaciones con los demás y del tipo que sean, un papel decisivo en nuestra vida. Pero, a decir verdad, dedicamos poco tiempo a la relación con nosotros mismos. Y, ni qué deir tiene, que las relaciones con los demás no son más que la proyección de nuestras luces y sombras. Si alguien está bien consigomismo, sus relaciones serán igualmente buenas. Y al contrario, si uno está enfadado consigomismo, sus relaciones serán tempestuosas y difíciles. Si a esto le añadimos el mal hábito de perpetuar patrones de conducta -muchas veces subconscientes- tóxicos o nocivos con nosotros mismos y/o con los demás, la infelicidad en nuestras relaciones está asegurada…
Seguirá…
Etiquetas: amor, relaciones, vida