Revista Belleza
Comprometidos Con El Miedo
Siempre había pensado que el miedo a amar a alguien era una excusa.
Yo, que me había lanzado de cabeza en charcos -más bien aguas cenagosas- donde ninguna persona sensata hubiera metido ni el dedo gordo del pie, siempre aseveraba que el argumento del miedo era solo una forma educada de librarse de alguien.
"No es que tenga miedo, es que pasa de ti". Hala, supéralo ya.
Así fue hasta que un amanecer de verano salí huyendo en una vespa blanca por las mágicas calles de Taormina (Sicilia) de alguien que me gustaba mucho, muchísimo.
Durante un tiempo me fue imposible entender mi reacción hasta que una amiga me hizo ver que había sido una reacción motivada por el pánico.
No. Imposible. Yo, no.
Aunque en aquella habitación yo sintiese que me faltaba el aire, eso no podía ser miedo. Aunque él no entendiera nada y su cara de decepción debiera haberme puesto alerta, eso no podía ser miedo.
Aunque salir huyendo fuera exactamente lo contrario a lo que otra parte de mí quería hacer, eso no podía...
Eso TENÍA que ser miedo. Hala, Mariolita, acéptalo ya.
Ese descubrimiento me puso los esquemas patas arriba y al mismo tiempo me liberó. Aquella fue la primera vez que tuve que lidiar con el miedo, pero no ha sido la última. Ahora al menos ya sé que mi comportamiento errático -más ambiguo, incoherente y contradictorio cuanto más cerca quiero estar de esa persona- es producto del pánico.
Ponte a Salvo
Si alguna vez has sentido el miedo subiéndote desde los pies y haciendo temblar todo tu cuerpo, entonces sabes de lo que estoy hablando: de una reacción animal de supervivencia para ponerte a salvo.
A salvo de tener que enseñarle a esa persona quién eres. A salvo de tener que ver quién es ella realmente. A salvo de que lo que veáis cada uno en el otro os enganche aún más o que, por el contrario, os separe para siempre.
A salvo de que su aire no avive demasiado tu fuego. A salvo de que tu fuego no asfixie sin remedio su oxígeno.
A salvo de que os confeséis que veis la vida justo de la misma manera. A salvo de que vuestras diferencias de carácter os hagan crecer juntos, a veces felices. Y otras veces discutiendo y levantando un muro de orgullo entre vosotros.
A salvo de esas risas y de esos besos que intuyes vais a compartir cuando hagáis las paces.
A salvo de no poder evitar sonreír de oreja a oreja cada vez que ves a esa persona. A salvo de ver cómo le brillan a ella los ojos cada vez que habla contigo.
A salvo de que si alguna vez te necesita no haya montaña suficientemente alta que tú no puedas escalar para llegar hasta ella. A salvo de que si un día eres tú quien la necesita no exista río suficientemente ancho que le impida cruzarlo y llegar hasta ti.
A salvo de que un día te despiertes con el convencimiento de que ya no concibes tu vida sin que esa persona forme parte de ella.
A salvo de hacerle caso a tu lado más pasional, ese que te dice que uno no puede darse solo a medias, que eso es como vivir la vida a medias; que nadie que se dé solo a poquitos puede llenarse la boca pregonando que exprime sus días y sus noches con intensidad.
A salvo de que una tarde cualquiera, delante de un café, esa conexión de mentes inquietas haga saltar de un latigazo un par de chispas y suceda lo que tú ya te veías venir: que esas chispas vayan a prender justo a la izquierda de vuestro pecho.
A salvo de que tú hayas encontrado a tu Tom Sawyer y ella a su Huckleberry Finn:
"Two drifters, off to see the world There's such a lot of world to see We're after the same rainbow's end, waitin' 'round the bend, my huckleberry friend..."
Hace un par de meses un amigo hizo un comentario en una comida al que presté especial atención. Él defiende -como hacía yo misma hace un tiempo- que el miedo al compromiso no existe en las relaciones. ¿Quién más piensa como él? Para hacerme una idea, pregunté a un pequeño grupo de personas; hombres y mujeres de diferentes edades (de los veintitantos a los cuarentaitantos) y estas son sus reflexiones.
Ellos Y El Miedo al Compromiso
-"Desde mi punto de vista no hay miedo a las relaciones. Cuando un chico le dice a una chica (o al revés) que tiene miedo, no es que tenga miedo a una relación. No nos engañemos. De lo que tiene miedo es a tener una relación contigo. Porque la realidad es que cuando a un chico le gusta una chica (gustar de verdad, no para sexo), no solo se lo va a dejar claro -sin estrategias- sino que además se le van a ir todos los miedos. Va a luchar por conseguir a esa chica, salir con ella y empezar una relación con lo que venga. Sin miedos ni condiciones. Porque el verdadero miedo sería perderla".
-"Yo siempre me he dejado llevar por el corazón, y cuando uno está enamorado no piensa en las posibles consecuencias de una relación. En este sentido, yo nunca he sentido miedo. ¿crees que si yo fuera cobarde podría estar con una mujer de armas tomar como la mía?".
-"Por mi experiencia personal, el miedo no lo es tanto a iniciar una relación. Diría que el miedo lo es más al compromiso que se desarrolla en una relación seria. En mi caso tiene que ver con tiempos. En alguna etapa de mi vida todo lo que se me ponía por delante era carne y me valía. Pero en los últimos años, y ahora más que nunca, me lo pienso MIL veces solo para iniciar algo. Ahora no me vale solo con que una chica me guste o me atraiga. Ahora las mujeres tienen que tener algo más que eso... No sé cómo describirlo... Pero en estos momentos lo sé desde que la veo por primera vez. Sé si va a ser o no".
-"Sí, claro que los hombres tienen miedo. Otra cosa es que sea algo subconsciente que no sepamos procesar y que te lleve a dinamitar relaciones sin darte cuenta. Yo imagino que llevo toda la vida haciendo eso porque a mis 43 años sigo soltero a pesar de mi apolíneo pectoral".
-"No he sentido nunca miedo de entrar en una relación porque creo que las relaciones empiezan de una manera y siempre acaban de otra, así que lo que hay en medio siempre es un aprendizaje. Si tienes miedo de entrar en una relación concreta será por algo de esa relación concreta. Pero si tienes miedo de entrar en relaciones en general, es que el problema es tuyo".
-"Sí, he sentido miedo. Supongo que será normal cuando has tenido de todo, pero no lo suficiente como para desistir".
Ellas Y El Miedo al Compromiso
-"Pues la verdad es que conscientemente no... Y cuando me ha dado algún tipo de mal rollo porque pudiera repetirse una situación que ya he vivido, la verdad es que no lo puedo llamar relación. A mí si un tío me gusta, me lanzo a la piscina. Para estas cosas yo soy una valiente y no soporto la cobardía".
-"Si de verdad sé que esa persona merece la pena y tiene todo lo que me gusta en un hombre, no hay miedo. Solo he sentido miedo a engancharme a alguien por no sentirme sola. Pero a esto no sabría si llamarlo miedo o sentido común. AL AMOR, SIN MIEDO".
-"Sí que he sentido miedo por meterme en una relación pero he sido consciente del riesgo que asumía por estar con esa persona y al final lo he afrontado con la decisión de seguir para adelante porque es lo que sentía en ese momento. Yo creo que siempre que afrontas una situación como esa en la que no sabes muy bien lo que va a pasar porque sabes que hay ciertos riesgos, pues el miedo siempre está ahí. Tengo que decir que cuando es un miedo por afrontar algo que merece la pena desde luego hay que intentarlo y llevarte esa experiencia. Las mejores cosas son las que se intentan porque tú crees que merecen la pena".
-"Yo pensaba que no, pero resulta que sí. Lo reconozco, me da miedo. Tuve una relación de 12 años y ahora llevo casi 4 años sin pareja, conociéndome a mí misma y disfrutando. Después de dos intentos fallidos y alguna cosilla suelta empecé a plantearme el asunto, ¿qué me pasa? Pues que tengo miedo a perder mi independencia, y eso que mi relación con mi ex nunca fue agobiante, ¡pero es que he descubierto un mundo nuevo! Soy impulsiva; en una ocasión sí me que me vi dejándolo todo y yéndome a Barcelona por amor... Por eso jamás pensé que tendría miedo, pero ahora sí lo tengo. Supongo que me durará lo que tarde en cruzarme con alguien que ponga mi mundo patas arriba".
-"Más que miedo eran dudas, sobre todo por las malas experiencias que había tenido. Le daba vueltas y más vueltas pensando si me iba a compensar o no, y tal vez por ello he perdido la oportunidad de vivir grandes amores. Esto era así hace hasta unos años, ahora no tengo duda alguna, si alguien me gusta se lo hago saber".
-"Yo soy una kamikaze, es en lo único que no tengo miedo".
¿Has sentido alguna vez miedo a meterte en una relación?
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