“Toda vida es un proceso de demolición” (Francis Scott Fitzgerald en El jactancioso)
¿Es posible hablar de relaciones enfermas?, me refiero a relaciones que construyen un “campo” en el que- a diferencia de otros casos que hemos tratado en “relaciones que enferman”- el vínculo tipo “fusión” dominado por la idealización mutua (1) , termine borrando los límites de la historia personal hasta que no sea posible pensar en uno sin el otro. Quizás este sea el caso de Scott y Zelda.-
Francis Scott Fitzgerald, nace el 24 de Setiembre de 1896 en St, Paul, Minnesotta, en el seno de una familia católica irlandesa. Estudia en la Universidad de Princeton sin llegar a graduarse y se alista en el ejercito para participar en la Primera Guerra Mundial; en 1920 se casará con Zelda Sayre , una joven nacida en Montgomery -Alabama- el 24 de Julio de 1900, es la menor de los cinco hijos del Juez Sayre, un hombre recto y autoritario y de una madre que la trata con excesiva indulgencia.La novela inicial de Scott, A este lado del paraíso(1920), lo convierte rápidamente en un escritor de éxito y junto a Zelda inician una vida intensa, loca y desenfadada siempre de viaje, siempre de fiesta siempre-o casi siempre-borrachos. Son ricos, jóvenes, guapos y representan el espíritu “libre” de los años 20.-
Zelda ha sido una niña malcriada que a los 20 años aún no ha encontrado su vocación y que se ha dedicado a escandalizar a la pacata sociedad del sur con conductas estrafalarias y provocadoras. Ni siquiera la maternidad, que llega en 1921 con el nacimiento de su hija Scottie, servirá para que siente cabeza; su hija crecerá entre mucamas y niñeras, porque “los hijos nunca tienen que ser una molestia”.
En 1925 se publica El Gran Gatsby, considerada una de las mejores obras de la literatura americana de principios del Siglo XX, no es común un éxito literario y económico tan rápido en un joven de apenas 30 años. Estar en el ojo de todo el mundo, exponerse y provocar,siempre a dúo, es su estilo de vida. Algunos creen que Zelda le arruina la vida, otros que es un marido tiránico que cercena todas las iniciativas de su esposa para intentar destacarse: escribir, pintar, bailar. Es probable que ambas cosas sean ciertas.-
En 1930 se instalan en Paris e integran el grupo de escritores de la llamada Generación Perdida, Hemingway, Dos Passos, Ezra Pound, Faulkner; continúan con las fiestas, las borracheras, las peleas agresivas y las reconciliaciones epistolares consolidando una relación enfermiza de celos y posesividad mutua.Zelda intenta suicidarse dos veces tirándose por las escaleras y tomando pastillas – luego del lavado de estómago se irá de fiesta con su marido-, escribe cuentos y se los publican aunque a veces, su trabajo aparece bajo el nombre de Scott, porque su agente considera que será más rentable. Scott no cree que tenga talento y ella se siente menospreciada. Lo cierto es que novelas como Suave es la noche son una descripción de las vivencias que la vida en común aporta y que Zelda contribuye a delinear muchos de los personajes de los cuentos de Scott; la producción literaria de ambos es claramente autobiográfica.-
Poco a poco, lo que era una vida extravagante deja ver su cara más sombría. Las borracheras de Scott son permanentes y complican su producción literaria y Zelda cae en una profunda depresión como resultado del fracaso en su intención de convertirse en una bailarina famosa. Será el comienzo de un proceso de deterioro psíquico que culminará con un diagnóstico de esquizofrenia y una vida recluida en caros sanatorios para enfermos mentales. Durante años, Scott se negará a los pedidos de Zelda de ser dada de alta y volver a vivir juntos, convencerá a sus médicos de la inconveniencia de tales reclamos y se empeñará económicamente para pagar los tratamientos, pero nunca accederá a intentar una vida “normal”.-
El final de ambos no podrá ser más trágico, Scott sufrirá un infarto de miocardio mortal, en Hollywood en 1940 y Zelda morirá en un incendio en un hospital de Carolina del Norte, en 1948.
Existe actualmente una corriente que reivindica la figura de Zelda, las feministas americanas la ven como una mujer en lucha contra un marido que la maltrata; la comparan, por ejemplo, con mujeres como Elena Garro ( esposa de Octavio Paz) o Clarice Lispector y la ven como una víctima de una relación que corta su carrera y vulnera su creatividad como artista. La verdad es que en su biografía, no hay datos que hagan suponer un interés por la literatura o el arte, previo o en paralelo a su encuentro con Scott.
La lectura de su historia personal desde la psicopatología nos señala que probablemente se trate de una personalidad que hoy diagnosticaríamos como Trastorno límite o borderline, que existía desde antes de conocer a Scott. No estaba”loca”, su diagnóstico seguramente no era “esquizofrenia”, sino que la relación simbiótica con un alcohólico crónico y probablemente su internación prolongada fue agregando síntomas de delirio y cronificación. Quizás el encuentro con este hombre que la introduce en un mundo de intelectuales haya sido el detonante de su interés por escribir aunque en otras circunstancias su destino de vulnerabilidad psíquica hubiera sido el mismo y sus posibilidades artísticas inciertas.
Y que hubiera pasado con Scott?, la relación que mantuvo en los últimos tres años de su vida con Sheila Graham, contada por ella en su autobiografía, hace suponer que su suerte también estaba echada.-Como pareja, sostienen su vínculo desde la idealización mutua, con el deseo de ser el uno la imágen especular del otro. En estos casos se instala la idea de “somos uno solo” en una complementariedad enloquecedora, en la que el tercero-la hija- no tiene lugar mental ni vincular.
“Tu problema, Zelda, es que no te has contentado con beber de la fuente de la juventud. Has seguido asomándote desde el pretil para ver tu imagen hasta que te has caído dentro y casi te ahogas“, le escribe Scott. Y Zelda le responde: “No me asomaba para ver mi imagen. Intentaba sacarte del agua a ti”
El equilibrio emocional de la pareja es inestable porque las relaciones de fusión como la de Scott y Zelda pasan por momentos de enorme exigencia hacia el otro en donde el compartir tiene un tinte persecutorio, están siempre pendientes de la otra persona para demostrarse mutuamente sus fallas, circulan el desprecio y las críticas y sin embargo no pueden estar separados. Es la relación típica del borderline que grita “Te odio, no me dejes”.
En este caso,no se trata de una mujer cuya historia de realización personal se vió trastocada por una relación que la enfermó física o psíquicamente, sino que hablamos de una relación enferma entre dos personas que hicieron de su historia personal una producción literaria.
Como concluye algún analista, quizás se trate solo de un buen escritor que además era alcohólico que se casó con una mujer interesante pero inestable mentalmente y mientras se transformaban en el ideal de una generación de norteamericanos se dedicaron a hacer un par de cosas juntos.-
Para saber más:
(1) Berenstein Isidoro, Puget, Janine: “Psicoanálisis de la pareja matrimonial”, Ed. Paidós (1997)
Milford, Nancy: “Zelda: una biografía”,(1970)
“Querido Scott, Querida Zelda”: las cartas de Francis Scott y Zelda Fitzgerald. Ed. Numen (2013)
http://www.pbs.org/kteh/amstorytellers/bios.html
Fitzgerald, Scott : “Cartas a mi hija” , Ed. Alpha Decay (2013)
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