Ellas y sus hombres: la historia de unas prometedoras relaciones que se convirtieron en profundas decepciones...
MIS AMIGAS han comenzado el otoño en estado de decepción profunda y generalizada con el género masculino. EMI, WYNIE, KATTY Y OLIVIA acaban de vivir con estupor el viaje a pique de unas relaciones que vislumbraron prometedoras y agonizan o terminan dejando un reguero de dolor en unos casos, rabia en otros y desengaño en todos.
Dolorida y ofendida. Así se encuentra Katty Lloyd después de que quien creyó EL AMOR DE SU VIDA se haya esfumado sin motivos, explicaciones ni rastro. No entiende por qué de la noche a la mañana ha dejado de telefonearla y de atender a sus llamadas. No contesta a sus correos electrónicos y ha desconectado el whatsapp. Ella rememora al minuto los últimos momentos en que se vieron y las últimas palabras que se dijeron y, por más que desmenuza esas escenas en forma y fondo, no logra atribuir ningún fallo abominable ni pecado imperdonable a su conducta. Simplemente, el destino caprichoso quiso jugar en su contra aquella tarde...
El Psiquiatra la telefoneó para saber si se veían y ella rehusó porque estaba con su hijo. Después, su hermana se presentó en casa por sorpresa y la convenció para que fueran a un multicines donde el niño podría ver el último estreno infantil y ellas otra película en la sala contigua. Y allí estaba él, en la corta fila de taquilla. Katty se acercó a saludarlo en cuanto lo vio, pero su enamorado se mostró seco y esquivo. Tanto, que ni siquiera se atrevió a presentarle a su hermana y a su hijo. Después no volvieron a cruzarse. Él compró su entrada para una película distinta y no se encontraron a la salida. Dos días más tarde, y a falta de cualquier contacto por su parte, Katty le escribió un mensaje en el que le preguntaba por qué había estado tan frío. “Porque soy gilipollas”, le contestó él. Nada más. Al día siguiente, ella, que estaba en ascuas y no entendía nada, lo telefoneó y le preguntó acerca de su extraño comportamiento. Le pidió que se vieran y él se limitó a contestarle que sí, que otro día la llamaría. No lo hizo. Katty insistió un par de veces más. Sin respuesta.
Independientemente del amor que no llegaran a confesarse aunque todo indicaba que lo vivían, Katty no deja de lamentar la falta de consideración hacia ella como persona, como ser humano, por parte de El Psiquiatra. El hombre que la transportaba al paraíso, que había pasado noches enteras acariciándola y susurrándole al oído la felicidad mutua, LAS FUENTES DEL PLACER la desprecia ahora hasta el punto de ignorar sus sentimientos y no darle ninguna explicación sobre tan repentino cambio de actitud. Como si ella no fuera nadie ni mereciera nada. Hace ya casi una semana que no tiene noticias suyas y ha dado la relación por muerta. Lo que no sabe es cómo reaccionará cuando vuelvan a verse. Está convencida de que eso ocurrirá. Tienen amigos en común y el encuentro será inevitable...
Situación similar ha sufrido Wynie con EL TUITERO. En su caso, a la decepción añade la rabia. Por las palabras falsas. Por los sentimientos fingidos. Por el paso radical del “te quiero” al te ignoro que su otrora amigo especial le había propinado. Por los momentos de gloria que se esfumaron; charlas y besos que se llevaron el viento y el mar. UN AMOR DEVORADO POR EL MAR Frases llenas de poesía y borradas por el desprecio de quien mismo las escribiera. Erosionadas por el hielo, como si nunca hubieran existido... Y ahora, en las cada vez más escasas ocasiones en que sus recuerdos le asaltan el pensamiento, rememora las palabras de su íntima Emi Abbott: “buscan a una mujer que los mime, les caliente la cama cada noche, se desviva por ellos... Los hombres son muy simples, amiga..." EMI Y WYNIE, LOS HOMBRES Y LA VIDA
Y muy cobardes: incapaces de afrontar la situación y hablar de forma clara y abierta, como personas maduras, masculla una mañana en que se despierta sola en su cama y añora los besos perdidos de El Tuitero en días similares a ése. “Cuando te dejan de repente, después de haberte manifestado tanto amor, la mayoría de los hombres actúan como seres despreciables...”, brama en un tono que se confunde con el rugido de la cafetera...
Wynie, al contrario de lo que le ocurre a Katty, no cree que vaya a encontrárselo nunca. El Tuitero no pertenece a su círculo de amigos. No siquiera vive en Madrid. Por tanto, la única opción que le queda para tener noticias suyas es que él mismo se las dé. Y no cree que vaya hacerlo. Tampoco ella las buscará. Después de varios mensajes sin respuesta, se ha empeñado a fondo en los deberes del olvido... EL SEXO SIN PRELUDIOS
La próxima semana os hablaré sobre las decepciones de Emi y Olivia. Y mañana, como cada fin de semana, tendréis en estas páginas una receta con solera...
RoCastrillo