“El culo es la cara del alma del sexo.”- Bukowski
Cari, hoy me apetece hacer algo nuevo. Me he comprado un arnés para poder follarte el culo como haces tú conmigo. Ya verás, te lo voy a hacer como tú me lo haces a mí. Además, el dildo este es más pequeño que tu pene cari, seguro que no te duele y te encanta.
Querría estar presente ante tal situación, como voyeur de la doble moral, para poder ver la cara de muchos y observar cómo a las pocas frases cierran el culo y, espalda contra la pared, entran en modo defensa numantina ante tal idea.
Pues bien como podréis comprender, con este título, tan solo podía hablar de una cosa, hoy vengo a hablar de todos aquellos que tienen la mente casi tan cerrada a nuevas sensaciones y placeres como tienen cerrado su propio culo. Relajaos, que (quizá) esto os va a doler.
Sí amigos, se conoce como Regla de Oro al principio moral que se resume como: “No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti“. Seguro que os suena de la catequesis o algo así.
Igual con esto ya sabéis a lo que me refiero, estoy hablando de todos aquellos que suspiráis, soñáis y os ponéis pesadísimos por tener sexo anal con vuestra pareja pero no dejáis que, bajo ningún concepto, efecto del alcohol o cualquier otra sustancia estupefaciente, penetre en vuestro sacro, “inmaculado” y virginal culo con dedo o cualquier otro objeto de apariencia fálica.
Algún listillo podría citarme a George Bernard Shaw que dijo: “No hagas a otros lo que quisieras que te hagan a ti. Sus gustos pueden no ser los mismos.” pero para hablar de gustos primero has de haberlo probado. No aquí no hablamos de gustos, aquí estamos hablando de excusas baratas como: perder la hombría, “hacer cosas de gays”, ir en contra de la naturaleza…
Es decir, que estéis dispuestos a sodomizar a una mujer y vosotros no seáis capaces de siquiera plantearos la idea de que os haga algo similar es cuanto menos hipócrita. La idea de poder y de superioridad que en ocasiones viene asociada al sexo anal es parte del atractivo que tiene y es lo que, en parte, repele a estos cerriles de mente. ¿Cómo van a ser ellos, hombres de pelo en pecho, los que sean sodomizados por una mujer con un arnés y un pene de goma?
Este tema abre más heridas en el amor propio y orgullo masculino que la práctica del mismo pero como diría alguna “quien se pica penes mastica”.
Igual esto sería un tema menos tabú si fuese tratado en el porno más comercial y consumido que parece que es lo que nos dicta que hagamos o intentemos imitar.
Imaginad la escena:
[Empieza el hombre]
-Oye cari, he visto en un vídeo porno cómo a un hombre le penetraba una mujer con un arnés, ¿qué te parece si lo probamos?
-¡¿QUÉ VES PORNO?!
Bueno, el tema es que igual entonces se normalizaba el asunto y aprendíamos a disfrutar de nuestro punto G y de nuevas sensaciones y prácticas sexuales sanas y normales.
Además, todo esto mejoraría mucho y haría menos temibles las visitas al médico por los exámenes de próstata.
Relajaos, que no os va a doler.
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