Revista Opinión

Relato # 3 Locura

Publicado el 01 septiembre 2018 por Carlosgu82

Mis apreciados lectores esta historia es parte de un recopilado de relatos urbanos que decidí plasmar, espero os guste.

Relato N° 3  Locura

El pobre  Luis , realmente es algo lamentable, él era un excelente Matemático, había logrado en su carrera  posicionarse como profesor de una de las mejores universidades de Colombia,  había logrado también tener cierto prestigio  a nivel internacional con sus maestrías e investigaciones, pero yo siempre le recordé que la vida era más que estudios e investigar, yo un simple profesor de escuela que apenas me puedo ganar la vida, nunca envidie por un segundo a mi pobre amigo, aunque en muchas ocasiones me demostró cierto desprecio por mi condición, aun así  nunca me intereso llegar más lejos de lo que he llegado hasta ahora, he procurado para mí una vida lo más sencilla y desprendida posible, aun así mi pobre amigo jamás entendió eso, siempre me decía que lo que yo hacía para ganarme la vida era un desperdicio, siempre me elogiaba y me insultaba al mismo tiempo con el mismo sermón de todos los fines de semana, lo único que yo siempre le decía “era que la vida es más que la vida”, creo que nunca comprendió bien lo que quise decir,  pero mi desdichado amigo siempre se empeñó en dejarme claro que él quería siempre ir más allá y eso fue lo que causo de cierta forma que pasara todo esto.

Luis recientemente había comprado una casa en uno de los sectores más exclusivos de Bogotá, una casa que parecía más bien una pequeña mansión, lo más curioso del asunto era que presumía haberla obtenido por un precio irrisorio ya que en frente de su casa había pasado un incidente inexplicable a una familia, en estos eventos había fallecido un niño como de 9 años, desde entonces los dueños hicieron todo lo posible para mudarse y nunca más volver, por supuesto mi amigo nunca creyó en este tipo de cosas, no tenía religión y renegaba de las cosas celestiales, así que esto él lo vio más bien  como una oportunidad, en ese momento a mí me pareció muy grande para una sola persona y muy alejada de las demás casas, los vecinos más próximos estaban a casi una cuadra, ya que por supuesto al frente ya no vivía nadie.  los días fueron pasando y nada sucedió hasta el domingo,  ese día a las 8 pm  tocaron a la puerta de mi amigo,  el muy extrañado fue a ver quién era pues como buen matemático todo lo agendaba y tenía programado sus tiempos para todo,   al abrir la puerta un niño más o menos de 9 años aprecio  enfrente, el absolutamente sorprendido miraba por doquier examinando el asunto mientras el niño le pedía un vaso de agua, a lo que el sin ningún tipo de misticismo accedió sin más, dejo la puerta entreabierta y se dirigió por el pedido, cuando volvía a la puerta el niño ya había desaparecido, esto a él no lo  impresiono si no fuera porque  sucedió 2 veces más en los siguientes domingos a la misma hora,  en ambas ocasiones invito al niño a pasar a la casa pero el sujetico se negaba apelando a que alguien lo estaba esperando, a pesar de que no se veía a nadie más en dos cuadras. Luis sin miedos me contó todo el asunto, al igual que el pensé que era algún tipo de broma macabra, así que planeado todo me contó  lo que iba hacer,  ese domingo mi amigo ya iba a tener listo el vaso de agua e iba a confrontar directamente al niño preguntándole “si él era el niño que se había muerto quemado en la casa de en frente”, todo esto lo decía mientras se caía a carcajadas. Pues llego el tan esperado Domingo, y como todo se había anticipado  tocaron a la puerta  a las 8 pm, mi amigo se vistió muy elegante, de la forma más amistosa recibió al niño, y antes de que le pidiera el vaso de agua ya se lo estaba ofreciendo, el  niño recibió el agua  muy feliz y se lo tomo como si estuviera “muerto” de la sed, al terminar el agua Luis con toda parsimonia le recibió el vaso y mirándolo a los ojos le hizo la pregunta; ¿eres tú el niño que murió quemado en la casa de enfrente?… ¿La respuesta?… ¿quieren que os diga la maldita respuesta?, pues ¡nunca la sabremos!, siempre que visito a Luis en el hospital psiquiátrico me cuenta la misma historia  pero al llegar a la “respuesta” comienza a gritar como loco durante horas.


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