Relato corto: delirio o la peste

La peste había alcanzado un poco más la madrugada, no había buenas nuevas que cantar al alba, pero ¡cuántas más podría llenar de dicha si se enteran! ¡Vida! Pero si cantaras más que lo que piensas, si solo lo pensaras, si solo lo cantaras, si vivieras.¡Pero no! No soportas descoserte a sablazos, no soportas remendarte, no soportas aguardar la madrugada. No te duermes con las ganas de buscar en los descansos, descansos que abriguen el alma, no lo piensas, no lo vives, si solo lo pensaras, si solo lo cantaras, si vivieras.¡Vida! Si me quisieras, ¡Vida! que vives vacía, ¡Vida! Despierta de la noche oscura y duerme sobre tus cochinas manos, con las que has de lavar la memoria que llevaste arrastrando hasta hoy. Menos mentiras, mi amigo, menos mentiras. Levántate que la luna huye a la sombra dolorosa que supone el sol consigo.Y la luna se comió un par de cuadras, y los raspones de su cara se volvieron de hielo, no era la luna de queso, era la de mar granadas, ¡Corre mi amiga!, ¡Corre!. Que el hueco te espera.Ya la peste caló un poco más y despiertas como si nada, ya la peste apoderó tu aliento, ya la peste se envainó en tu calma. La peste del olvido desangrará tu memoria, al despertar no recordarás, los sueños a la peste, se vuelven nada.