Revista Cultura y Ocio
Vamos a darle la bienvenida a abril con un relato que espero que os saque alguna que otra sonrisita. Algo que me caracteriza y que os diría mi familia si tuvierais la oportunidad de preguntarles es que soy un pelín despistada y lo que os relato a continuación, aunque parezca mentira, me pasó realmente, un poco modificado para que se adaptara a las exigencias de Adella Brac, pero la esencia está ahí. Espero como siempre que os guste.
Yo os animo a que me comentéis alguna situación embarazosa que preferirías olvidar. Si alguien decide compartir sus desventuras, en plan “tierra trágame”, he pensado que sería un reto divertido intentar convertirlo en relato para el próximo mes. Así que no me dejéis sola sacando fuera situaciones vergonzosas.
TIERRA TRÁGAME¿Dónde demonios va éste ahora? “Espérame ahí” me dijo mil veces, mientras me enseñaba el lugar con su dedo extendido; y ahí estaba yo y él, en la otra punta; ahora tendré que correr para alcanzarlo. Mosqueada entro en el coche, y me giro para enfrentarme a él; durante unos instantes el mundo se paralizó. Me miraba asustado, mientras se pegaba cada vez más al cristal. Una débil excusa sale de mi boca mientras abro la puerta: “perdone caballero, creo que me he equivocado de coche”.