Aquí regresamos.Prometí hablaros de un paraíso fashion,algo exclusivo y muy demodé,y con este artículo no pretendo invitaros a conocer dicha ciudad,no no...Más bien,pretendo obligar a cualquier trendsetter que se precie,que visite Milán.
La estación ya era una perdición repleta de boutiques de todo tipo, pero si ya me volvía loca allí,fue en el cuadrilátero de oro,justamente en el centro de la ciudad,donde me olvidé por completo de como me llamaba y dónde estaba,y me perdí entre una pasarela,con las últimas propuestas que había visto de mis diseñadores favoritos.Por algo es la sexta calle más lujosa del mundo.Luego están los "reyes" del asunto (con permiso de Armani), Dolce & Gabbana ,con numerosas tiendas alrededor,y como no,su místico restaurante Gold.
En Milán,los museos,son las boutiques más caras y prestigiosas que puedas imaginarte jamás,en el rincón más recóndito de la ciudad puedes toparte con un impresionante anuncio de Emporio Amani,y lo que parece ser una simple fachada puedes encontrarte a modo de reliquia un lingote de oro firmado por D&G,o simplemente puedes caminar y sumergirte con una calle entera firmada por el creador Armani.Que atención,cuenta no sólo con una impresionante boutique que por dentro parece un lujoso centro comercial,no,sino también con una libreria exclusiva donde solo hay ejemplares de moda y hasta una cafeteria.Versace no se queda atrás con una impresionante tienda de varios pisos ,como curiosidad encima de la boutique de Gucci está la academia del lujo,solo para apasionados de ello.
Y luego está el epicentro de todo el murmullo,las galerias Vittorio Emanuele.Siempre había soñado con ir,en sus pasillos acaricias inspiración.En resumen,me sentí como si estuviese en la película "Confessions of a shopaholic."
No tengo duda que quiero volver y perderme por las calles milanesas,estoy completamente enamorada , allí,todo lo que tocas y respiras...es moda.