La consigna era crea un relato en el que aparezcan al menos 7 sabores. Dado que solo conocía cinco, me complicó la vida.
Festival de sabores
Era un día especial y quería ofrecer a sus suegros un festival de sabores que no olvidarían. Sabía que les chiflaba la comida española, así que pronto tuvo el menú claro: unas patatas bravas con unas cuantas salsas saladas y picantes para abrir boca, unas croquetas de jamón ibérico para seguir con un sabor umami potente, unos calamares aderezados con limón para que tuviera toque ácido, todo acompañado por una ensalada de espinacas y anchoas con un toque amargo y vino tinto como perfecto astringente. Finalizaría con unas deliciosas torrijas tan dulces que eran irresistibles.
Se pasó el día en la cocina preparándolo y lo presentó todo de forma muy vanguardista; una mesa de foto. Pero ellos no podían contentarse, no. Tenían que quejarse y, en cuanto ella abandonó el salón un momento, les oyó decirle a su chica:
-¿Pero no estábamos de celebración? Para comer esto, nos habíamos ido a un bar de tapas.
Contuvo su rabia y se dijo que no pasaba nada. Ya no tendría que aguantarles muchos desplantes más. Cuando llegaran al postre, sus papilas gustativas estarían tan saturadas que no percibirían el sabor del veneno, de acción lenta y casi imposible de detectar. Por fin se libraría de ellos.
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