Era de madrugada, porqué me sorprende, lo impredecible siempre se produce en la madrugada. No era trigo limpio, lo supe desde el principio cuando me prohibió no pronunciarlo, directamente no recordarlo jamás.
Demasiadas premisas para mi simpleza, lo sé y estoy harta. Cómo pude seguir soportando. Acostumbrarme al asco. Cerró la puerta. No lo hagas le rogué, tenía miedo y me enrosqué entre las cosas viejas del trastero. Para qué gritar si no había nadie Es un salvaje, un puto salvaje. Me empujó y cerró la puerta. ¡Maldita fiera!
Con qué fin podría considerar el hecho de estar y persistir.
Según ellos no soy nadie, piensan que hui como paria, negra, sin familia, con hambre, "náufraga de mí misma" , me dijo un día Demba en medio del mar. Los negros somos filósofos.
-Eh tú, levántate, ¿Otra de Mauritania?- preguntó él en mal francés con violencia.
-Soy de Senegal, pero nos secuestraron a unas cuantas y nos llevaron a Mauritania y...
-Cállate, hablas demasiado, pero estás buena.
Violento, con drogas y alcohol me arrastró a un trastero y...
-¡Vamos!
Y ahora aquí hasta que se le pase la furia y otra vez lo mismo.
Recuerdo aquella tarde que pude escapar, me sentí capaz de cualquier cosa. Pude llegar a la aduana, una voz potente con un "¡Alto!" intentó detenerme.
-¡Quiero irme! Grité llorando, soy libre y tienen que llevarme con mi familia. ¡Soy de Senegal!
-Tranquila... Venga conmigo y buscaremos.
-Tengo miedo, cuando llegué uno me...
-Bien, vamos a la oficina e intentaremos aclarar todo, la calmó un rostro muy joven de mirada abierta.
Antes de llegar:
-Eh Milo, tengo el caso de esta joven que está confusa y la han... Ya sabes. ¿Te encargas tú?
Era él, todo le daba vueltas. Cuando volvió en sí, la habitación, unas cuerdas.
Y otra vez en el testero. No tenía idea del tiempo; encontró en la oscuridad (él había quitado la bombilla) una especie de destornillador, lo mejor era acabar ahí mismo, había perdido todo para qué vivir.
De pronto se abrió la puerta y se dibujó la silueta a contraluz. Como una pantera se lanzó y mordió, salvaje, el cuello, mientras la herramienta entraba una y otra vez rasgando la carne blanca y mórbida.
-Demba eres tú. Ven por favor, te necesito.
Imagen de Mag Convocatoria de Mag desde su blog "La trastienda del pecado" con el tema "La palabra prohibida.
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