Relatos de Psicópata. 1: !Tengo hambre!

-A veces tengo la simpatía de querer tener unos ojos en mis manos, y destriparlos para saber qué es lo que se siente mirar en los ojos de otra persona, es extraño pero satisfactorio para mi necesidad de sentirme feliz.

Quizás un acompañante aunque solo sea una parte de su cuerpo; creo que desearía aquellos en donde su sentido sea el tacto, pies, manos, el cuerpo entero… se me ha hecho agua la boca.

-¡Vaya! Una gota de sangre me ha salido de ella  -paso su legua por el dedo índice de su mano derecha, con la cual se había limpiado y nuevamente la saboreo-, creo que es de Rosell, de aquella que esta acostaba sobre mi sillón, le dije que no quería que montara sus piernas sobre la mesa, pero mis palabras sí que son mudas, tocara limpiar nuevamente el piso de la sala, su sangre es mi aguada y puede que se esparza fácilmente por toda la casa hasta llegar a la puerta, en donde al frente vive su querido y amado esposo, no vaya a ser que hoy en la cena haya un postre sobre la mesa con la parte erógena de su cuerpo. ¡Tengo ganas!, ¿será que voy por él, y saciar esta lujuria que invade mi cuerpo y saciarla de una vez por todas? No sé -hizo un gesto, de angustia y tristeza en su rostro-, no quiero que su hijo de 6 años termine huérfano, y no tendré hambre nuevamente hasta fin de semana, ¡lástima! aquel pequeñín sufrirá por la falta de sus padres; pero si lograr esperar obtendré mi primer desayuno de inicio de mes ¡uf!  Seria genial, carne de niño en la alacena.

Una sirena se escuchó a lo lejos. Inhalo profundamente; ¡delicioso!… -Una mirada de deseo y lujuria su rostro expreso.

Continuara…