Revista Cultura y Ocio
Todas las cosas de la actualidad tienen un origen en la antigüedad. Muchas de las cosas que vemos, sabemos y oímos tienen una historia, que si bien no es siempre la más creíble o la más certera, explican un poco el por qué de lo que tenemos delante.
Para muchas personas, la vara de Esculapio o vara de Asclepio -como es es más conocida- simboliza a la medicina, pero lo que si muchos no conocen es la historia de este Dios griego y es precisamente allí, en donde me toca entrar a mi con mis historias de vieja trotaconventos. Así que una vez más y tras unas semanas de inactividad, he vuelto para dejarles una de esas historias que hacen más fácil entender el origen de las cosas.
“Asclepio o Esculapio, fue un personaje muy famoso en la mitología griega, era hijo de Apolo y de la mortal Coronis y fue además, uno de los mortales con más aciertos en el uso de la medicina. La historia de su nacimiento está marcada por la desgracia y es que según cuenta la historia, Apolo tuvo amoríos con esta mortal y cuando ella quedó embarazada, regresó a Delfos dejándola a ella en la Laguna Beobea y bajo la vigilancia de un cuervo Blanco. En la ausencia de Apolo, Coronis conoce a un mortal Isquis y comienza a tener amoríos con él. Cuando el cuervo se entera, acude a su dueño para contarle lo ocurrido y Apolo encolerizado, maldice al ave y lo condena a llevar siempre el color negro del luto en su plumaje. Luego, asesina a Coronis y antes de que la pira funeraria ardiese, saca del vientre a su hijo.
Gracias a su desempeño en las sanaciones, Asclepio ascendió rápidamente en categoría , llegando a ser héroe y alcanzando posteriormente la divinidad. Su gran maestro en el arte de la medicina, no fue otro que el centauro, Quirón. De él aprende además, que en la vegetación se encuentran muchos de los remedios a grandes enfermedades. Tuvo dos hijos: Macaón y Podalirio, ambos comprometidos con la medicina, pretendientes de Helena y participantes de la guerra de Troya. También se le adjudican tres hijas: Yaso (la curación), Higía ( la salud) y Panacea ( la curación universal a través de las plantas). Se dice que tuvo dos hijos más, que son Egle y Aceso, pero ellos no tuvieron un papel muy preponderante en la antigüedad.
Asclepio tenía también el don de resucitar a los muertos, algo que al Dios Zeus no le agradaba en lo absoluto, pues para el Dios esto sólo complicaría el orden de las cosas. Cuando Asclepio resucita a Hipólito, Zeus se enfada muchísimo y lanza un rayo que mata al sanador. Apolo por su parte y sumido en el dolor de perder a su hijo, trama venganza y asesina a los cíclopes que fabricaron el rayo que mató a Asclepio. El Dios de la medicina asciende a los cielos y se transforma en una constelación que hoy en día podemos seguir viendo: la constelación de Serpentario u Ofiuco.”