Volvemos con la Relectura, diganme como les fue con el libro de la semana del 21 al 27 de marzo. Este libro está protagonizado por el Detective Humano Max Shannon y la Psi-J Sophia Russo.
Este libro es interesante porque vemos otra pieza del rompecabezas que son las tres razas juntas. Un humano que se enamora de una Psi por dios. Aparte conocemos una interesante y funesta designación de los Psi los Justos, me pareció una designación muy interesante porque es una mezcla entre los telépatas y los Psi-C capaces de ver el pasado. Pero me dolió un poco porque al igual que otros psi con designaciones mortales, los Justos pagan un precio muy grande por su trabajo. No diré mas para los que no han leído los libros sepan mas de los Justos y de Sophia. Otro detalle creo que es saber un poco mas de Nikita Duncan al Max y Sophia trabajar para ella resolviendo un intento de asesinato en su contra perpetrado por Psi Puro. Porque ellos cada dia detestan mas y mas como el Silencio va cayendo. Lo de Nikita es un gran misterio muestra la fachada perfecta de Silencio pero de verdad no terminamos de conocer sus verdaderos sentimientos por Sascha.
Un policía humano y una psi-justo unen sus mentes contra una trama asesina, y sus corazones quedan a merced de una fuerza mayor. La cautivadora octava entrega de la serie de romántica paranormal Psi/Cambiantes. El trabajo de Sophia Russo como psi-justo supone penetrar en los recuerdos de los peores criminales para obtener pruebas que faciliten su condena. Pero sus días en el cargo están contados, pues la tarea que desempeña erosiona poco a poco su control mental. Cuando le asignan una investigación en la que formará equipo con un humano, su condicionamiento se tambalea e irrumpen emociones prohibidas. Max Shannon es uno de los mejores policías de Nueva York. Inteligente, apuesto, audaz, con mucho sentido del humor y un infalible instinto de la justicia. Además es un individuo excepcional, poseedor de una coraza mental natural e inmune a las interferencias mentales de los psi. De modo que cuando el Consejo Psi le asigna un caso especial, Max queda muy sorprendido. Y todavía le extraña más sentirse atraído por una colaboradora Psi con la mente acechada por los demonios...
Citas Favoritas
Las circunstancias no hacen al hombre. Si así fuera, yo habría cometido mi primer robo a los doce, mi primer atraco a los quince y mi primer asesinato a los diecisiete. De los apuntes personales del detective MAX SHANNON
«Definir la maldad no es nada fácil, pero está sentada en esa habitación.» El eco de las palabras del detective Max Shannon la sacó de la susurrante tentación del abismo.
—Si es un asunto policial, es un asunto policial. —A pesar de todo, aún creía en la placa, en el bien que hacían.
Le verían como un trofeo, como una conquista que exhibir, sin comprender que intentaban atar una tormenta salvaje con una correa.
...aquel hombre se asemejaba a uno de esos coches deportivos de estilizadas líneas preferidos por muchos miembros de las razas emocionales.
—El orgullo es irrelevante si no puedes cumplir tus promesas.
Puedes conducir tú. —Cuando Max enarcó una ceja, Sophia agregó—: Me he relacionado con humanos lo suficiente como para entender que parecen tener una incapacidad congénita de funcionar si una mujer va al volante, y prefiero que dediques toda tu atención al caso.
Sophia salió al garaje, tan recatada y formal que tuvo ganas de meterse con ella; el chico travieso que una vez fue despertó con pícara anticipación. ¿Qué haría ella?, se preguntó. ¿Comprendería Sophia Russo lo que significaba «jugar»?
Si no reclamas a alguien, no pueden rechazarte, no pueden abandonarte, no pueden romperte el maldito corazón.
«El suicidio es una opción mejor, Sophia —le había dicho otro psi-j dos meses antes de que fuera encontrado muerto en la habitación de un hotel, después de haberse tomado una sobredosis bien calculada de un cóctel de drogas—. Al menos morirás entero. Si te cogen, dejarán una atrocidad; una criatura que no debería existir.»
Si eran necesarios los celos para hacer salir a la verdadera Sophia, los emplearía sin remordimientos; cuando un hombre tenía una reacción tan visceral hacia una mujer, todo valía.
—Tú deberías saber mejor que nadie que los recuerdos nunca desaparecen —respondió en un eco de los propios pensamientos de Max—, pero parece ser que todavía me sigo haciendo ilusiones.
Sophia deseó señalar que esa misma energía salvaje ardía en él; aunque en su caso la contenía tan bien que la mayoría nunca lo imaginaría. Todas aquellas mujeres que deseaban poseerle no comprendían qué era lo que intentaban atrapar, pensó. Pero ella sí lo sabía.
—Todos tenemos la capacidad de matar
La naturaleza cruel de todo aquello habría conmocionado a otros hombres, pero Max sabía que, sin importar la raza, siempre había quienes nacían con la capacidad de hacer el mal.
—No estoy disponible. —Así había sido desde el instante en que puso los ojos por primera vez en Sophia Russo, fuera o no consciente de ello en su momento.
—Sí, debo habituarme a que las mujeres intenten ligar contigo. A fin de cuentas eres un hombre hermoso. Max se puso rojo como un tomate. —A ti… y solo a ti… te consiento que me digas eso. Pero nunca en público. ¿Lo pillas?
—Puede que esté quebrada —repuso con franqueza—, pero no tengo una personalidad sumisa.
Nadie espera jamás una traición. Nadie. De los apuntes personales del detective MAX SHANNON
«Y le había concedido el derecho a tocarle. No la apartaba, no la rechazaba por ser imperfecta ni siquiera estando cabreado.»
—La gente habla de que los psi comienzan a quebrarse —repuso Max en un susurro feroz—, pero nadie habla nunca sobre las víctimas.
¿Max? —¿Sí? —¿Tú me recordarás? El corazón se le rompió en mil pedazos. —Siempre.
Max se vio momentáneamente cautivado por la imagen de Nikita recortada contra el cristal, con la mirada perdida en la distancia. Poderosa. Letal. Sola.
Nadie le había dicho nunca que el contacto era algo a lo que te volvías adicto y cuya ausencia originaba un hambre, un dolor, en lo más profundo de tu ser.
No elegimos a nuestros padres. Y sus errores no son los nuestros. Eres aquello en lo que tú te conviertes; jamás lo olvides. MAX SHANNON en respuesta a un e-mail del único superviviente del asesinato con suicidio de los Castleton
Una cosa he aprendido después de desempeñar este trabajo durante tantos años; nadie es simple, nadie es unidimensional. Y a pesar de todo, la gente me sorprende. De los apuntes personales del detective MAX SHANNON.
—Sophie, mi dulce y sexy Sophie.
—Sé quién eres —replicó sosteniéndole la mirada—. No van a espantarme tus «imperfecciones». —Una húmeda película empañó los ojos de Sophia, volviendo iridiscente aquella negrura—. Tú y yo encajamos —susurró contemplando sus ojos atormentados—. Dos piezas rotas que forman un todo. —No era la declaración más romántica, pero salía de su alma—. No voy a perderte.
Así que eso era el placer, pensó maravillada. Aquello era sobre lo que escribían los poetas y pintaban los artistas. Era la razón de que los humanos se dirigieran sonrisas secretas y los cambiantes murmuraran al oído de sus compañeros.
Cuida de mi corazón, ¿quieres, Sophie? Resulta un poco raro que esté fuera de mi cuerpo…, pero pienso robarte el tuyo para compensarlo. Nota manuscrita de MAX a Sophia
Has sido tú quien me ha enseñado que la vida no está grabada en piedra. Somos aquello en lo que nosotros mismos nos convertimos.
—El cambio. —Nikita se puso en pie, aproximándose a la enorme cristalera con vistas a la ciudad—. Pero el cambio requiere tiempo, y siempre se cobra víctimas.
Sophia comprendió en aquel momento algo de lo que la mutilada y muda MentalDark estaba tratando de decirle, comprendió que los empáticos tenían que despertar de nuevo si la Red quería sobrevivir.
Besos,