Revista Cine

Relecturas CXVIII: La muerte de los Nuevos Dioses, J. Starlin, Planeta DeAgostini 2009.

Publicado el 08 junio 2020 por Lord_pengallan

Ya le dediqué a este cómic unos párrafos en su momento, pero al releérmelo me ha parecido mejor de lo que recordaba. Así que me ha sorprendido gratamente. Por eso los he reescrito hasta el punto de hacer un post nuevo. Por eso este es una entrada nueva en ntro. blog. Este cómic es uno de Superhéroes competente, o sea, no es nada del otro mundo. Si no te molan estos, o si no tienes nidea de los Nuevos Dioses, no tienes motivo para acercarte a él habiendo todo lo que hay, pero me ha vuelto a demostrar que es necesario saber escribir Superhéroes para questos funcionen. En eso el susodicho es como cualquier otro género literario. Esa es la simplexplicación de la excelencia de La muerte de los Nuevos Dioses. Por ello es lamentable e inexplicable que hoy haya tanto incompetente escribiéndolos. Para mi es uno de los principales factores quexplican porque hoy venden de media un 25% de lo que vendían cuando yo empecé a leerlos. Aunque lo triste no es eso, lo triste es que esa competencia ya sólo lo tienen los viejos del lugar, lo demuestra este cómic, porque casi ninguno de los nuevos se ha molestado en aprender de y con ellos. En mi opinión porque en la 1ª década del XXI las editoriales mainstream para poder sobrevivir estiraron tanto el género que lo dieron de sí, y así hoy cualquiera viene a escribir sus historias en él como si cualquier argumento funcionase con justicieros disfrazados, Espionaje, Policíaco, Melodrama Burgués, Terror... Igual que los pistoleros tienen una ideosincrasia particular que hace que ciertas historias no puedan contarse con ellos, pasa lo mismo con los superhéroes. Estos no son personas normales como parece pensarse hoy, eso pueden serlo algunos villanos. Los superhéroes son PERSONAJES nobles y simbólicos (aunque muchos dellos todavía no hayan conseguido simbolizar algo) y sus historias son fábulas morales. Esto lo sabe muy bien Starlin y por eso le salió un cómic interesante que es un digno final al Cuarto Mundo de Kirby ya que, además, ni lo explota ni lo desvirtúa

Esto es una miniserie dictada por las circunstancias. Como Crisis Final presuponía la muerte de los Nuevos Dioses, Didio decidió que DC no podía permitirse no contar eso. En eso anduvo acertado, y también en encargársela a Starlin, autor clásico que por sus preocupaciones metafísicas y tendencia trágica es uno de los pocos adecuados para tratar personajes con una fuerza arquetípica tan grande como los Nuevos Dioses, a los cuales ya había tratado en el pasado. Tal autor también ha estado acertado. Es cierto que esta es una obra correcta y sólida pero fría por lo que desaprovecha un argumento con mucho potencial, pero Starlin, citando su obra anterior con los Nuevos Dioses, trata el material impecablemente, sabe mantener el suspense hasta el final y hace que el aura arquetípica a los Nuevos Dioses, algo muy difícil de hacer pues para ello hay que saber mitología, brille. Por eso esta ambiciosa miniserie (8 números de 30 páginas) no sucumbe bajo su propio peso.

Es paradójico que para contar un götterdämnerung aquel autor haya optado por una estructura narrativa vulgar, convencional y burguesa como es el Quién lo hizo. No sé porque se le ocurrió tal cosa pero se lo podía permitir porque no es Agatha Christie. Así, la rutinaria y clásica investigación de una serie de asesinatos perpetrada por un psycho, aquí es algo original y épico puesto que las víctimas son Nuevos Dioses y los investigadores principales son Superman y Mr. Milagro. Este último muy diferente del habitual pues posee la Ecuación Antivida, es decir, es casi omnipotente, y ha perdido a Barda, razón por la cual me juego el cuello a que ha sido la inspiración para ese desastre que es el Mr. Milagro de King. Starlin años antes ya convirtió a este mítico personaje, el dios de la Libertad de DC, en un burgués ruin que es incapaz dafrontar el apocalipsis de su vida. La introducción de Superman es muy acertada no porque es el único superhéroe divino que hay, sino porque al ser el dios de los protectores hace resaltar más la dureza de los mundos míticos pues siempre son mundos en guerra cósmica, la desesperanza y la rabia de los Nuevos Dioses que saben que ha llegado su extinción, el espíritu guerrero de Orión, el deseo de venganza que se come la gentileza característica de Mr. Milagro y, cómo no, el megalómano despotismo de Darkseid. Estos contrastes aportan mucha tensión a la historia de tal modo que sustituyen con éxito la ausencia democión que es característica de Starlin porque es un tipo bastante cerebral. En sus historias la gente maquina o reflexiona más que otra cosa, y los personajes que mejor le salen son precisamente los racionales amorales como Metron o Darkseid. Ese autor es un tipo con temperamento y tristón y por ello sus personajes sufren y son iracundos, pero lo que predomina en su obra son tipos taimados y calculadores como Thanos o Warlock. Así pues la historia no es original pero no es el típico Quién lo hizo porque Starlin mete esos conceptos metafísicos de los 60 que ha desarrollado más en Marvel (la lectura desto ayuda a entender mejor su obra en esa editorial) y la fuerza arquetípica de lo mítico. Por eso esta miniserie pese a su vulgaridad tiene sus sorpresas y sus momentos de brillantez y muestra que es lo que hace tan potente y alucinante a Superman y a los Nuevos Dioses. 

No obstante Starlin falla en no responder a algunas de las preguntas fundamentales de su historia, o sea, no explica satisfactoriamente por qué las cosas ocurren así y no dotro modo (por qué el psycho no se carga 1º a Darkseid que es el más peligroso de todos, más quel último kriptoniano?), de tal forma que el final no es redondo y por ello esta obra no es totalmente satisfactoria. También falla el dibujo. Starlin es un dibujante mediocre y por ello no puede ocuparse de 240 páginas. Uno sacaba cansando de un dibujo que quiere ser realista pero está lleno de fallos anatómicos y de perspectiva, y que quiere ser dinámico pero sólo le sale ser acartonado. A Starlin le salva, como a F. Miller, el ser un sobresaliente narrador. Lamentablemente con el tiempo se ha hecho bastante clásico pero aquí cuando quiere usa toda la potencia del Cómic para contar una historia. Es un gusto ver a un dibujante que no piensa que un cómic es un storyboard ya que ese tipo de ilustrador es lo que más abunda hoy en EEUU, sobre todo en el mainstream. Así, el Starlin narrador salva al Starlin dibujante. Gracias a que sabe contar bien una historia tanto con palabras como con viñetas su dibujo flojete y ya viejuno (puro 70s) no molesta nunca. Y eso que su estilo no es nada apropiado para un ragnarök. Igual de inapropiado es el color que los dibujos de Starlin han recibido pues es simple y funcional. Así, la torpeza dese autor y el convencional tratamiento de las tintas, la iluminación y el color privan a esta miniserie de un aspecto visual que plasme la carga trágica y ominosa de tan magna historia. 
No obstante, como he dicho, los fallos destas grapas no las impiden ser destacables ya que su autor plasma la grandiosidad de las creaciones de Kirby, que es reverenciado tan solo gráficamente cuando debería serlo más por creador de conceptos. Esta miniserie de Starlin es un buen ejemplo de lo tremendo que son los conceptos del Cuarto Mundo que aquel creó. Considero que ahora, justo cuando el género esta renunciado a esa grandiosidad, pretenciosidad y cariz mitológico que Kirby le dio, es cuando mejor se puede observar que fue algo más que un dibujante revolucionario, genial y adelantado a su tiempo. La gente debería empezar a valorar más su faceta como cocreador de universos porque en eso aún es más rompedor y único. Un buen ejemplo de su excelencia en ese aspecto es que sus personajes precisan de guionistas sobresalientes para poder mostrar su potencia. Se necesita un bagaje cultural y una inquietud intelectual por encima de la que tiene un estadounidense típico, que son la mayoría de los guionistas de superhéroes dahora y de siempre. Si estuviese equivocado EEUU no necesitaría de británicos para poder elevar los Superhéroes por encima de su típica acción maniquea y convencional que les ha dado, con razón, tan mala fama entre la gente que no aprecia la rudeza del pop para chicos. Los conceptos de Kirby son complejos y tremendos y por ello no puede manejarlos cualquiera. Lo prueba cómics como este. Hay que ser mejor que muchos para lograr que los Nuevos Dioses sean Nuevos Dioses y no unos superpoderosos cualquiera. No es fácil dar a unos personajes una aura mítica, arquetípica, metafísica y, en cierto modo, inspiradora, sobre todo, cuando tienen un aspecto torpe y convencional. Starlin hace aquí eso porqueste tipo de historias son las que se le da bien

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