Nota: Tiene Spoiler al final.
El libro era ficción en su época, ya que George Orwell entregó el libro en 1948 , no en 1984, por un error de imprenta se confundieron los números y entonces los estadounidenses y los ingleses leyendo el libro pensaron que era futurista y que en 1984 pasaría eso, pero no pasó… pero me estoy dado cuenta que nos está pasando de a poco, en especial a los países tercermundistas. *El nombre que Orwell le quería poner a su libro no era 1984, era “El último hombre de Europa”.
Es una novela política distópica a principio del Siglo XX, comienza con un Londres futurista en la Franja Aérea 1 que antes se denominaba Inglaterra que se encuentra dividida en 3 superpotencias política que son:
1.- Oceanía; que es en donde domina el Ingsoc que es socialismo inglés.
2.- Eurasia; aquí domina el Neoblochevismo.
3.- Estasia; donde domina la adoración a la muerte.
El libro comprende cuatro partes.
Orwell analiza los superestados, las potencias políticas, la prole, la guerra permanente, el control del pasado y del futuro, la sociedad, el neolenguaje. El GRAN HERMANO es el partido único y poderoso que vigila a cada ciudadano, tienen unos aparatos llamados TELEPANTALLAS que son controlados por el partido y que siempre están encendidos, solo se emiten noticias sobre el socialismo inglés (Ingsoc) y la guerra, estos aparatos controlan a todos los miembros del partido y a los relacionados con estos, están en todas partes; en la casa, en el trabajo, en las entradas de los edificios, hasta en los baños, excepto en los barrios del proletariado, que es en donde viven la gente sin educación, sin cultura y donde nadie hace algo para cambiar su posición.
Se rigen por la política del pensamiento que es una organización que arresta a los ciudadanos que piensan de manera negativa del partido, a quienes se los encuentre hablando o emitiendo comentarios políticos o ideológicos son torturados en la habitación 101. Todos los días tienen una espacio en las telepantallas que se denomina “dos minutos de odio”, en donde tienen obligación de ver todos los habitantes, aparecen imágenes de “Golstein” que es el enemigo del partido el cual nadie sabe cual es su paradero.
Oceanía siempre estaba en guerra con Eurasia y era aliada de Estasia, pero Winston quien es el personaje principal de la obra recuerda que antes era todo lo contrario, él estaba casado con una mujer fría que no le mostraba ninguna clase de amor, era partidiaria del Gran Hermano, no podían hacer el amor si no era con el fin de reproducirse, el pensaba que era una mujer estúpida y sosa, terminaron separándose. El trabajo de Winston en el Ministerio de la Verdad, era alterar documentos que contengas negativas de política e idiología. Eliminaba registro de personas desaparecidas.
Existe la Neolengua que es un vocabulario reducido con la finalidad de limitar el alcance del pensamiento.
Winston conoce a Julia una muchacha del “partido” trabaja en el mismo piso que él, por medio de una nota secreta por parte de ella empiezan a conocerse y alquilan un departamento en casa del señor Charlington en el sector de la prole para que ellos puedan tener sus encuentros en ese lugar. Smith se entera que Syme un camarada suyo ha desaparecido (como siempre sucede con todos los que odian al partido). O’Brien quien es un compañero de trabajo de Smith, un día se cruza en el camino y decide hablarle a Winston con la intención de pedir explicación acerca de la neolengua, Winston vio en O´Brien unas señales de hablar acerca de “la hermandad” lo que se conoce como lo opuesto al partido, se va con Julia a casa de O´Brien y él los atiende amablemente e incluso pudo apagar la telepantalla para poder conversar con ellos. Julia y Smith deberían estar dispuesto a todo para luchar en contra del “Gran Hermano”, lo cual Smith acepta sin vacilar, incluso matar gente inocente, cambiar su aspecto y leer el libro de Golstein (el líder de la oposición). Winston lleva el libro al departamento que tenía con Julia y ambos lo leen, de repente surge una voz de un cuadro que estaba en la pared y resulta que era una telepantalla (sufrí), la casa se llenó de policías del pensamiento, golpearon a Julia, luego apareció como jefe el señor Charrington (no se puede confiar en nadie) él había sido un agente encubierto de la policía del pensamiento. Se lo llevan detenido a Winston al Ministerio del Amor, donde se encuentra con varios personajes del partido, entre ellos a Parsons a quien su hija delató con la policía porque en medio de sueños había hablado dormido y se escuchaba que decía : “Abajo el Gran Hermano”
*Spoilers
Está bien, aquí hago un paréntesis, no me esperaba esta parte, en realidad WINSTON SMITH (para mí en la tercera parte del libro) empezaba a ser UN HÉROE, lo quise y lo alabé. Fue torturado friamente por O´Brien.SI! ese O´Brien que lo había citado para hablar de “GOLSTEIN” también había sido un policía del pensamiento, él era un líder lo venía investigando a Winston por siete años, revisaban su departamento cuando él no estaba, incluso habían leído su diario, hasta el polvo lo dejaban en su sitio.
Mientras O´Brien torturaba a Winston, le hacía varias preguntas las cuales él respondía solemnemente perfectas, me gustaban sus respuestas, yo decía “el héroe” (por esa razón quizás George Orwell quiso llamar al libro “el último hombre de Europa” y no 1984) pero se dejó manipular, engañar, se dejó dominar por el miedo, por la corrupción y más por el temor de ser llevado a la habitación 101, la verdad es que se me hizo terrible el sentimiento de ver a un Winston Smith frustrado y humillado. El excesivo poder de unos cuantos pudieron controlar al ciudadano protagonista de la novela que en realidad le había tomado mucho cariño. No alejándonos de la actualidad, podría decirse que como pueblo funcionamos de la misma manera, nos manipulan mediante decretos, mediante cadenas televisivas, nos manipulan todo el tiempo, dando de comer al pobre y quitándole al rico solo para que digamos “ellos son los del poder” y la fe de uno mismo queda perdida. Una sola persona no puede luchar contra un sistema es por ese motivo que el partido de El Gran Hermano no permitía reuniones de dos o mas personas fuera del lugar de trabajo.
El final del libro es un poco desalentador; se habla de Winston recorriendo el pasillo en donde anteriormente era torturado y temía que le den un disparo por la espalda, el está sentado a la mesa de un bar en donde piensa y recuerda todo lo que le pasó “la bala había penetrado”, es una metáfora, no se refería a una bala físicamente, se refería a que el sistema del partido había atrapado su mente, eso que él decía que nunca lograrían, podrían tener un pueblo, un país, un continente, pero no las mentes de los ciudadanos. “Nada era del individuo a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo”. Ahora no era más Winston, ahora era una No-persona (en neolengua) que se había dejado manipular por miedo con el único fin de amar al Gran Hermano, declararlo dueño del poder. Winston Smith, solamente tú eras el dueño de tus pensamientos, te lavaron el cerebro. (nunca lo voy a olvidar)
Uno de los mejores finales que he leído.
Winston sumergido en su feliz ensueño, no prestó atención mientras le llenaban el vaso. Ya no se veía corriendo ni gritando, sino regresando al Ministerio del Amor, con todo olvidado, con el alma blanca como al nieve. Estaba confesándolo todo en un proceso público, comprometiendo a todos. Marchaba por un claro pasillo con la sensación de andar al sol y un guardia armado lo seguía. La bala tan esperada penetraba por fin en su cerebro.
Contempló el enorme rostro. Le había costado cuarenta años saber qué clase de sonrisa era aquella oculta bajo el bigote negro. ¡Qué cruel e inútil incomprensión! ¡Qué tostudez la suya exiliándose a sí mismo de aquel corazón amante! Dos lágrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano.
Es terrible, esta novela me ha dejado con una sensación inexplicable. Si Orwell la escribió en 1948, no está de más decir que estamos en un punto en el que esa distopia se haga realidad.
Me da ganas de abrazar al mundo con 1984 y decirle que no hay poder más absoluto que nuestra mente.
En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.