Revista Cultura y Ocio

Releyendo a Bradbury

Publicado el 08 diciembre 2012 por Poli @FIPoli27

Ray Bradbury fue el primer escritor de literatura para adultos que leí por decisión propia, por placer y no bajo la obligación de un programa de estudio, e inmediatamente devoré gran parte de su obra.
¿Cómo saber con certeza si fue en primer año o en segundo del Colegio, cuando tomé prestado de la biblioteca de la casa de Nico, del Palacio de los Patos, Las maquinarias de la alegría? Ahí comenzó mi enamoramiento de Bradbury. Luego vendrían Kurt Vonneguet Jr., J.G. Ballard, T. Sturgeon, T Disch, A. Burguess, todos de la colección de ciencia ficción de Minotauro, y también los cuentos que aparecían en la revista El Péndulo, en su segunda época entre 1981 y 1983. 
Antes de terminar el Colegio, en el año ´85, había ya acabado mis lecturas de la ciencia ficción, ya sustituidas por los Sartre, Camus, Vargas Llosa, Asis, Borges... 
Recuer,do que releí a Bradbury en 1989, cuando hacía el programa de radio en la Metro, la FM de la Ciudad de Buenos Aires, porque leímos varios fragmentos de sus cuentos. Otro detalle de esa época y Bradbury, imposible de olvidar, es que un día fotocopié varios cuentos de Las doradas manzanas del sol y se los dejé en un sobre, en su edificio, a una chica que me gustaba. 
Nunca más había vuelto a Bradbury hasta estos días en que agarré el primer libro suyo que yo leí, compuesto con cuentos escritos entre 1949 y 1964, año de su publicación. No solo esto sino que es el mismo ejemplar que me había prestado, hace ya más de 30 años, Nico y que nunca le devolví.Releyendo a Bradbury
¿Impresiones de relectura? Al terminar me pregunté por qué se lo sigue encasillando, absurdamente, en el género de la ciencia ficción. Es verdad que hay en Bradbury cierto deslumbramiento por la cuestión del espacio exterior: su colonización por parte de los humanos, la existencia de vida en otros mundos, la posibilidad de extraterrestres en la Tierra. Todas cuestiones derivadas de la carrera espacial y la ilusión que hizo, después de la Segunda Gran Guerra, la conquista del espacio, aunque la fantasía del hombre en este sentido se remonta a tiempos inmemoriales. Se debería repensar la cuestión de los géneros en este terreno: por ejemplo, se vincula al género fantástico a Cortázar, Bioy y algo de la producción de Borges, Quiroga, entre otros, mientras que se ubica en la ciencia ficción a los autores publicados en Minotauro. Y sin duda, hoy tiene mejor reputación la literatura fantástica que la de ciencia ficción.¿Y Julio Verne, HG Wells, dónde se ubican? Hay un interesante artículo que pone en cuestión estas clasificaciones confrontándolo con  la producción de J.L. Borges.  Releyendo a Bradbury
Los cuentos de esta colección que refieren la temática del espacio exterior, de ciencia ficción pura y dura, donde todo se reduce a jugar con situaciones en el registro de la serie Los invasores, son dos: El que espera, en el que un pozo en Marte alberga "un algo" que toma el cuerpo de los humanos que se asoman a él y de los que, a su vez, tocan a estos y Muchachos cultiven hongos gigantes en el sótano!  en el que hongos  gigantes hacen que los alienígenas tomen el cuerpo de aquellos que lo comen. 
Pensé que, tal vez, también se califique de ciencia ficción su literatura porque la excusa, a partir de la cual Bradbury construye su reflexión sobre la condición humana, es, muchas veces, la ruptura de algún aspecto de la normalidad del mundo. Una familia despierta un día y se encuentran con que la gente ha desaparecido de las ciudades por lo que deciden emprender un largo viaje de vacaciones con su hijo en una zorra de tren (Las vacaciones) o dos mineros que vuelven a la ciudad, luego de un mes de estar en la mina, y encuentran todo cambiado, todo limpio y reluciente, recién pintado, y la gente muy acicalada debido a que se ha perdido la conexión a radio y TV (Casi el fin del mundo) o un viejo que predica subversivamente el recuerdo de las pequeñas cosas de una civilización, la nuestra, que desapareció (Al abismo de Chicago).
Pero lo que es más descollante de los cuentos de Bradbury son aquellos en los que se ubica en un realismo corrido, porque la situación tiene un punto que sale de lo normal pero el tratamiento de la misma se inscribe en el realismo; intervención parecida a la que realiza en los relatos que acabamos de mencionar. Podemos incluir dentro de estos: Y así murió Riabúchinska, Algunos viven como Lázaro, La obra de Juan Diaz, La mujer ilustrada y La carrera del himno.
Finalmente, El mendigo del Puente, Una bandada de cuervos, Las maquinarias de la alegría y El tambor de Shilo son relatos realistas a secas.
El registro oral de los diálogos está bastante logrado, aunque, a veces, se nota apenas que lo utiliza algo para discursear o argumentar. El lenguaje de Bradbury en la narración es poético, con pasajes muy logrados e imágenes muy potentes.
Bradbury murió a mitad de año, a los 92, dejando un montón de relatos excelente, de los mejores que se han escrito en la historia universal. Es hora de que publiquen sus cuentos completos, somos muchos los que lo esperamos.Blog del autor del libro de cuentos "Historias fugaces de hombres y mujeres".

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