El cronista, que es gallego, está feliz con la exigencia del presidente de ERC, el filólogo Pérez-Carod Rovira, de que todos los estamentos del Estado, tanto en España como en el extranjero, tengan que atenderle de palabra y por escrito en el idioma autóctono de la comunidad en la que nació.
Si sale adelante la reivindicación, en México o Japón, en Finlandia o Argentina se le exigirá al embajador y demás personal diplomático que hablen gallego, catalán y vasco. Podríamos pedirle también a los latinoamericanos que abandonen el imperialista castellano, y que vuelvan a los idiomas precolombinos.
Antes se le entregaban los hijos a la Iglesia. Familiares párrocos, obispos y madres abadesas daban poder, influencia y dinero.
Ahora, hay filólogos en gallego, catalán y vasco como antes había curas. En las tres comunidades todos tenemos numerosos allegados filólogos. Y como hasta la derecha del PP es cada día más nacionalista en esas comunidades, es natural que hagan profesar a sus hijos como sacerdotes de la Filología Autóctona.
Filología. Filo, amor, logos, señal o verbo. Religión de amor al verbo. San Juan decía: “En el principio fue el Verbo”. Eso: Filología.
El verbo: dios laico proveedor de bienestar, posición social, poder político, dinero y trabajo de traducción-interpretación si todo estamento estatal, más las radios y televisiones públicas, le dan el mismo valor a las lenguas autonómicas autóctonas que al castellano.
Como gallego, el cronista debe felicitarse por la exigencia de Pérez-Carod: habrá tanto evangelio filológico que predicar, tanta misión, España y mundo adelante, que Galicia se vaciará, incluso de pirómanos. Galicia estará salvada.
Atractiva discriminación positiva para gallegos, catalanes y vascos. Ocuparemos todos los puestos administrativos españoles. Seremos nuevos patrones de gente que no hable nuestras lenguas nativas. La religión Filológica y vampírica del social-nacionalismo es cautivadora para nosotros. Aceptemos la incitación y hagámonos vampiros para esclavizar, chupándole la sangre, a los demás españoles.