Cada vez que se habla de religión sube el pan. Es uno de esos temas difíciles donde sino piensas como la mayoría te llueven sugerencias de todo tipo para que cambies de idea. Curioso.
Para mi hay una cosa muy importante: la coherencia. Un valor que intento inculcar a mi hijo y en el que intento apoyarme cada día. No es sencillo, en ocasiones se hace hasta difícil pero no ceso en mi empeño.
En mi casa no somos creyentes y por tanto no estamos inculcando a nuestro hijo creencias religiosas. Eso no quiere decir que no le estemos inculcando valores fundamentales e incluso otro tipo de creencias. La religión cristiana es una opción dentro de un amplio abanico, sólo una de las opciones y no es la que hemos elegido en esta familia.
Teniendo en cuenta que vivimos en una país con una marcada influencia religiosa no es fácil, pero intentamos adaptarnos para no ser la nota discordante y al tiempo intentar ser fieles a nuestras ideas. Ya digo que no es fácil pero, como me dice una buena amiga, no doy mucha importancia a algunas cosas y 'vamos tirando'.
En el colegio al que va mi hijo, un centro público, se puede elegir entre Religión o Alternativa a la Religión como asignatura. No voy a entrar ahora en si debería cursarse o no como asignatura, aunque sabéis mi opinión al respecto. Mi hijo estudia Alternativa a la Religión, tiene su librito correspondiente y le dedican -nada más y nada menos- que dos horas semanales.
Hasta ahí todo bien. La asignatura Alternativa a la Religión no es tomada tan en serio como la Religión pues no siempre se dedican a ver el libro que tienen para tal fin, a veces la clase se sustituye por idas a la biblioteca o al aula de informática. No me molesta, pues ambas opciones enriquecen a los niños, pero me sorprende. Pero como no me molesta no se me ha ocurrido quejarme o al menos pedir explicaciones al profesor. Podría hacerlo, sólo por conocer qué hace mi hijo el tiempo dedicado a esa asignatura, pero no me parece tan importante.
Alternativa a la Religión la cursan 7 alumnos, de 20 que son en clase. El tutor es el que imparte la asignatura y puede controlar fácilmente a los chicos. Ayer en lugar de seguir con su libro acudieron a la biblioteca, algo que a Rayo le encanta pues es un ávido lector. Leyeron algunos libros allí, los comentaron con el resto de compañeros y se trajeron uno a casa.
La última página de ese libro dice esto:
Para mi esto no es coherencia. Hablaré con el profesor para saber por qué Rayo lee estos libros en el cole y para saber por qué lo ha traído a casa.